lunes, marzo 21, 2005

¡No pongas tus sucias manos sobre El Quijote! (II)


¡No pongas tus sucias manos sobre El Quijote! (II)


Patricia se nos quejaba el otro día cómo habéis puesto en la bitácora esto; yo no tengo las manos sucias, suelo disfrutar leyendo El Quijote.

Por supuesto, Patricia tiene razón. El título de aquel artículo no era sino una licencia poética para llamar la atención de viejos nostálgicos, aquellos que leían la revista Triunfo y pudieron encontrarse con un artículo cuyo título “No pongas tus sucias manos sobre Mozart”, (título, primero, de un artículo en esta revista, y , después de una novela de Manuel Vicent, e, incluso, también de un artículo de Ernesto Garzón Valdés). Intentábamos tan solo reavivar aquella reflexión para comprender mejor así la actitud de muchos educadores que pretenden preservar el texto de Cervantes.

Quizá, como reacción pendular a las inercias surgidas en la celebración del III Centenario, llevamos una larga temporada “protegiendo” a nuestros escolares de la lectura de El Quijote: ¡no vaya a ser que terminen odiando el texto!

Si creemos en el texto de Cervantes, siempre encontraremos senderos para iniciar a nuestros escolares en él, siempre podremos definir itinerarios que les lleven desde la anécdota a la idea, siempre encontraremos a Sancho y a Quijote aliados para una excursión a la lectura placentera. Que no agotamos lo que Cervantes quería decir; ¡qué le vamos a hacer! A los lectores conspicuos les pasa lo mismo. Esa es precisamente la gran ventaja del texto de Cervantes: admite más de un nivel lector.

Por todo ello, Patricia tenía razón cuando se quejaba. Solo es necesario deshacernos de nuestros prejuicios: así como hay jóvenes que disfrutan escuchando la música de Mozart, también nuestros escolares pueden disfrutar leyendo El Quijote. Posted by Hello

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