domingo, mayo 07, 2006

Sobre peritos avezados en maquinarias narrativas




Esperando a Bernardo Atxaga.

Hoy estamos de suerte: Tirteafuera ha buscado la ocasión de volver a estas páginas. Temas sobre los que tratar tiene muchos; se le agolpan saltarines en la mollera. Le falta tiempo para ello.

Como podéis ver, los escolares posan para la foto; tienen en sus manos un ejemplar de El Quijote: Han leído la Primera Parte y, sobre ella, acaban de escribir un ensayo en tiempo de clase. Seguro que Tirteafuera nos seleccionará pasajes de sus escritos para que podamos disfrutar de cómo lectores con las inquietudes de su edad se acercan, comprenden, glosan o valoran el texto. Como es habitual, encontraremos muestras de la condición humana: quien disfruta del texto, quien lee el texto disciplinadamente mientras toma notas, quien comete fraude al redactar el ensayo sin leerlo, quien se supera a sí mismo esforzándose en la lectura, quien pasa de esto y de aquello,… Sin embargo, Tirteafuera no se rinde: podría evitar a sus escolares la lectura de El Quijote , pero sería un concesión a la mediocridad cuando la educación ha de ser –preguntádselo si no a Tirteafuera- una invitación a la excelencia.

Hoy tienen la redacción de un ensayo, y pasado mañana, una fiesta en la que les gusta participar: la Celebración de la Lectura. Estábamos de vacaciones por San Jorge y, antes de que se nos acabe el curso, hemos querido continuar con el ritual: Tirteafuera tiene clara la continuidad entre El Quijote y Obabakoak; quizás, más de un pacientísimo lector exclame: “Al escritor de estas líneas y al que las recopila para publicarlas sumisamente se les ha secado el cerebro” Puede ser, por qué no. De todas formas, es lo que Tirteafuera quiere demostrar de la mejor forma que sabe hacerlo, la práctica paciente de la lectura: a los lectores de jornadas anteriores- sostiene Tirteafuera- les será fácil advertir que la magistral experimentación con artefactos narrativos iniciada por M. de Cervantes subsiste en muchos textos posteriores, en Obabakoak por ejemplo.

Por todo ello, la Celebración de la Lectura del próximo día 10 de mayo es una invitación a apreciar una de las grandezas de nuestro querido autor siguiendo el principio de que los maestros valen por la suma de sus discípulos: así, Bernardo Atxaga es, según Tirteafuera, un perito avezado en maquinarias narrativas que sorprenden por su aparente simplicidad: nos embelesa tanto la emoción contenida en la ingenua verosimilitud de sus irónicas historias que nos olvidamos de la tramoya.

Amadísimos lectores, bien sabréis de vuestra extensa paciencia disculpar que el cronista no solo recoja el pensamiento de nuestro ínclito Tirteafuera, sino que, de vez en cuando, como al azar que nos guía, inserte la nota de color de sus emociones.

Como es bien sabido, toda fiesta tiene su programa de festejos y la nuestra en la Mediateca no podía ser menos. Entre ellos:

Charla con Bernardo Atxaga, de 10:30 a 11:30.

A nuestro autor le ha preocupado desde hace tiempo la literatura infantil y juvenil, Alfabeto sobre la literatura infantil, 1999. Por ello, a Tirteafuera le interesa conocer los fondos de la biblioteca de Obaba, o los libros leídos por Esteban Werfell seleccionados de la extensa biblioteca de su padre.

Lectura pública de Obabakoak, de 8:15 a 13:20

Escolares acompañados por sus profesores, profesores y quien esté interesado podrá participar en este pequeño maratón de lectura.

Juego de pistas sobre la temática /Atxaga/

Los usuarios de la Mediateca, mediante el uso de los distintos recursos presentes en ella: bases de datos, enciclopedias, libros, Internet, atlas, podrán contestar a doce preguntas de tipo test de forma que la lectura en continuidad de las letras que identifican las respuestas correctas desvelarán el tesoro, la palabra mágica.

Exposición de libros

Con los documentos extraídos de los fondos de la Mediateca (30) y con los conseguidos por préstamo interbibliotecario (12), exposición de libros sobre Bernardo Atxaga. Aunque la mayor parte de los documentos son del autor, también podremos consultar manuales, estudios críticos, entrevistas, etc.

Visión de la película Obaba, 2005, de Montxo Armendariz

Según la disponibilidad de tiempo, los usuarios de la Mediateca podrán ver dos secuencias: La Maestra y Esteban Werfell, o la película completa.

Actividades previas

Para preparar el encuentro con el Bernardo Atxaga y crear ambiente para la Celebración de la Lectura, con anterioridad según en qué grupo hemos leído la novela Memorias de una vaca o los cuentos Post tenebras, spero lucem y Esteban Werfell o hemos trabajado con distintos poemas en grabación sonora, en cartel mural o en power point, así como con grabados en gran tamaño del autor.

Tirteafuera, como en las fiestas de los pueblos la chiquillería antes del chupinazo, está entusiasmado y, aunque en el cartel de festejos no ha insertado la muletilla de “si el tiempo no lo impide” o “por razones de orden mayor”, sabe que no era necesario, que todo saldrá bien. Siempre es así nuestro contumaz optimista.

lunes, marzo 06, 2006

M. de Cervantes y Joan Perez de Lazarraga

Un día a cábalas mientras nieva.

Al calor del texto de El Quijote, quiere hoy Tirteafuera dedicar esta tarde a cábalas: plantear hipótesis, barruntar conjeturas y certidumbres. Son muchas las que se han presentado sobre el autor y sobre el texto. Nieva.

Una de las más sorprendentes, según Tirteafuera, por lo que tiene de diletante es la hipótesis de que M. de Cervantes escribió El Quijote a partir del texto La vida de P. Ignacio de Loyola, escrita en 1583 por Pedro de Rivadeneyra, sacerdote jesuita: Federico Ortés en El triunfo de Don Quijote. Cervantes y la Compañía de Jesús: un mensaje cifrado, 2002, declara que M. de Cervantes reescribe el texto anterior en clave paródica. La lectura paralela de varios capítulos de los dos textos es el método utilizado por el autor para soportar esta hipótesis. Tirteafuera te invita, lealísimo lector, a seguir esta derrota /El triunfo de don Quijote /. Nieva.

Siempre ha existido la sospecha de que el texto de El Quijote encierra un misterio. ¿Siempre? se sorprende Tirteafuera. Parece que sí: desde hace mucho tiempo se ha aireado una hipótesis que relaciona don Quijote e Ignacio de Loyola, defendida a lo largo del tiempo por Mayans, Cejador, Castellar, Ripoll, Unamuno, Corradini,… Con la que está cayendo en la moda literaria de buscar misterios y claves secretas: templarios y códigos da vinci, incluidos. Nieva.

En este punto, Tirteafuera ha proclamado un solemne ¡Oooh! Y si resultara que es verdad,… cuántas nuevas sagas ignotas entorno a M. de Cervantes nos esperan, cuántos misterios enigmáticos sobre don Quijote por alumbrar, qué de entresijos allanados, qué de enigmas desvelados, qué arcanos esotéricos revelados,… De repente, un relámpago: ¡qué iniciación en el laberinto subrepticio e incognoscible de la ocultación quijotesca nos aguarda¡ Nieva.

Un nuevo relámpago en la mente de Tirteafuera ha estado a punto de abrasar con el fuego de la ira toda la amenaza sobrevenida en el párrafo anterior. Si no lo ha cauterizado es por honestidad, y por respeto a sus pacientísimos seguidores.

Día a cábalas. Veamos otra sobre el origen de M. de Cervantes en tierras de Zamora, en Sanabria. ¿M. de Cervantes, de linaje marrano? Véase “Don Quijote y los Judíos” o también “Cervantes era descendiente de judíos, según revista sefardí de Jerusalén”, o incluso Origen de Miguel de Cervantes: ¿Sanabria?

Nevisquea.

Para cábalas, las que presenta la introducción promocional del libro Cervantes decodificado de César Brandariz, en la Colección: MR Dimensiones que Tirteafuera facilita al lector ocioso:"

"[...] ¿Se desarrolla la trama de Don Quijote en tierras de La Mancha?, ¿es posible que el pueblo de Don Quijote y Sancho coincida con una aldea que se encuentra en las montañas de León?, ¿que la flora y los escenarios descritos en el texto no fuesen propios de La Mancha?, ¿que el lenguaje y la gramática utilizados por Cervantes se correspondiesen, en realidad, con el castellano empleado, incluso hoy, en la zona de Sanabria?, ¿realmente conocía Cervantes La Mancha o citaba de oídas?, ¿se formó en el Colegio que existió en Monterrey (Orense)?, ¿están inspirados en esa zona algunos contenidos del Quijote y otras grandes obras? Después de cuatro siglos de haberse publicado una de las mayores obras literarias de todos los tiempos, Don Quijote suscita numerosos interrogantes."

Y con un punto de provocación, Tirteafuera nos pregunta: ¿qué me decís de todos los cabildeos sobre la villa y el lugar reales del insondable don Quijote? M. de Cervantes se divertirá risueño, un poco más decepcionado de la condición humana, quizás, cuando repase el final de la Segunda Parte y observe que toda la historiografía, toda la geografía, el método científico al completo y el egoísmo humano en su culmen reivindican el terruño por tu interés te quiero Andrés:

Este fin tuvo el Ingenioso Hidalgo de la Mancha, cuyo lugar no quiso poner Cide Hamete puntualmente, por dejar que todas las villas y lugares de la Mancha contendiesen entre sí por ahijársele y tenérsele por suyo, como contendieron las siete ciudades de Grecia por Homero.

II, 74

Nieva.

Tirteafuera se toma sus licencias, de vez en cuando, porque le apetece. Ahora, en este día a cábalas, quiere presentar un ensayo: Lazarraga, ernazimentua euskaraz. Lo hace por el placer de volver a provocar.

Recientemente, en la Facultad de Filología y Gegrafía e Historia del País Vasco, Pruden Gartzia ha presentado su ensayo Lazarraga, ernazimentua euskaraz , premio Juan de Zelaia 2005. El autor es director de la Biblioteca Azkue de Euskaltzaindia y escritor.

Tanto en la presentación del libro, ed. Pamiela, como en una entrevista realizada para el diario El País, 27/02/06, en el suplemento País Vasco, página 32, el autor aprovecha la ocasión para hacer marketing. Según este autor, M. de Cervantes se beneficia de una historia real sucedida entre 1480 y 1490 para construir el personaje de don Quijote: tal como precisa Pruden Gartzia, Joan Perez de Lazarraga recoge en un manuscrito 16 años antes de la publicación de El Quijote, las andanzas de su bisabuelo; por aquellas fechas, el señor de Larraintzar, se paseaba armado de lanza y armadura por las calles de Victoria dando gritos de guerra. Estaba loco, pero tenía también su proyección práctica, rezonga Tirteafuera, ya que también entre sus andadas plantaba monedas de plata esperando recoger doblones. Nieva.

Un dato como este, en un ensayo académico, precisamente en un día de cábalas como el de hoy, en Tirteafuera provoca varias preguntas a este propósito:

¿M de Cervantes y Joan Perez de Lazarraga se conocieron? Parece que pudo ser posible: de la misma edad, prácticamente nacieron el mismo mes de 1547; por las mismas fechas coinciden en el Madrid de 1576 con unas 35.000 almas; de gustos renacentistas, escriben poesía.

¿M. de Cervantes leyó el manuscrito, descubierto hace dos años, de Lazarraga? Tirteafuera, tajante: difícil. Joan Perez de Lazarraga era noble y probablemente escribe poesías de gusto pastoril por divertimento, para las amistades.

¿Entonces? A Tirteafuera, en la respuesta se le cuelan los potenciales: quizá, leer no lo leería, pero tendría información de este antepasado de Lazarraga de forma oral, sino directa, sí a través de un pariente, Esteban de Garibai, con el que M. de Cervantes tiene mucha amistad; o quizá, tendría noticias del señor de Larrainzar a través de alguno del círculos de “vizcaínos”, muchos de ellos alaveses, con los que se relaciona en Madrid. Tirteafuera aquí quiere recordar el nombre de Pedro de Isunza, de tan penosa memoria para M. de Cervantes. Cellisquea.

Igual, lo que tenemos que considerar, medita Tirteafuera, es que lo que importa no es si las hipótesis son ciertas o no, si no lo que subyace: detrás de cada reivindicación, más que la apropiación de M. de Cervantes, o del texto, o de un personaje, está el deseo de ser reivindicado. Quienes presentan tales requerimientos son cervantistas, son de Cervantes como el que dice: “yo soy del Barça” esperando que su valía personal se acreciente. Dejémoslo así, asiente Tirteafuera, mientras que no pretendan usurpar M. de Cervantes de forma excluyente, mientras no utilicen a M. de Cervantes de arma arrojadiza en su guerra particular. Miguel de Cervantes es como el aire, necesario para todos, y El Quijote, el paisaje de nuestras vidas. Cubierto momentáneamente con el manto gélido de esta nieve.

lunes, febrero 13, 2006

M . de Cervantes en Bernardo Atxaga

De aires familiares: la intertextualidad, el plagio y los homenajes.


Tirteafuera comparte la definición de amigo de Bernardo Atxaga: “son amigos los que tienen afinidad con nosotros y, entre mil detalles, valoran y eligen los que nos parecen más importantes”. Os preguntaréis, inquietos lectores, por qué Tirteafuera hace mención a Atxaga en este blog sobre El Quijote. Simplemente será porque hoy le apetece tratar de metaliteratura (341), de intertextuality (368), porque seguirá hablando de El Quijote y de M. de Cervantes, de cervantistas y de quijotéfilos.

Cuando Tirteafuera lee textos de Atxaga percibe un aire familiar como cuando, pasados los años, nos tropezamos con algún hijo de un viejo amigo. El tiempo no ha destruido el brillo en los ojos ni la cadencia de las palabras anotadas en la memoria. Este reencuentro le sucede cuando se deja enredar por la vibración de El hijo del acordeonista, otra variante del clásico “manuscrito encontrado”. Pero más cervantino, sostiene Tirteafuera, es Obabakoak, en donde los artefactos narrativos son homenajes, que no plagios, a la actualidad de un texto que nos permite mantener un diálogo con nosotros mismos a través del tiempo.

Esta semana, Tirteafuera, después de rebuscar en la biblioteca, ha dado luz a las palabras de Obabakoak y ha advertido que las hojas del libro no son hojas que viento disemina ya que siguen alentando el mismo ánima de la primera lectura. Se equivoca esta vez Eça de Queiroz: en las páginas de Obabakoak, al lado del efluvio de las flores del manzano, palpita el sereno desengaño, la curiosidad juguetona y la experimentación inteligente de M. de Cervantes.

Atxaga, como un buen investigador de la escritura en papeles, fundamenta su búsqueda de artefactos narrativos en soportes diferentes:

“[…] Estando yo un día en el Alcaná de Toledo, llegó un muchacho a vender unos cartapacios y papeles viejos a un sedero; y, como yo soy aficionado a leer, aunque sean los papeles rotos de las calles, llevado desta mi natural inclinación, tomé un cartapacio de los que el muchacho vendía, y vile con caracteres que conocí ser arábigos. Y, puesto que, aunque los conocía, no los sabía leer, anduve mirando si parecía por allí algún morisco aljamiado”

I, 9

Tirteafuera ya ha comentado en otras ocasiones sobre artefactos narrativos. Y le es fácil encontrar parentescos entre los artefactos de M. de Cervantes y los de Bernardo Atxaga: en cartapacios estaban las confesiones del cura párroco Camilo Lizardi, o la interrupción de la narración por falta de información, o en cartas que no llegan hasta Albania la diferida historia de amor de la maestra, o en la hemeroteca de Hamburgo la historia de Hans Menscher, o en el personaje Smith soporte de historias más que ser parte de lo narrado, o la nostalgia y la búsqueda del padre en los 12 cuadernos del memorando, …

Con todo, de todas estas máquinas narrativas, Tirteafuera prefiere la historia de Esteban Werfell por lo que tiene de reflexión sobre la escritura y experimentación literaria y, sobre todo, por lo que tiene de cercanía: el señor Werfell no tenía otro modo de vivir o de escribir que aquellos diarios secretos que nunca nadie leería. Como yo, y le da un vuelco al corazón a Tirteafuera, que publica nuevas entradas en la bitácora Barataria más que en búsqueda de la luz, empujado por la oscuridad. Y nadie le lee.

Atxaga actualiza el artilugio del manuscrito encontrado para convertirlo en una grabación magnetofónica, en una fotografía de cuando eran jóvenes o, incluso, en una grabación que, de ser soporte de la narración, pasa a formar parte de la materia narrativa como en el caso de Smith que cuenta una historia que no es hermosa, pero que le ha sucedido a él. Incluso plantea la narración “Margarete, Heinrich” como el resultado consensuado con el lector tras una negociación previa.

Seguro que, si hoy escribiera Obabakoak, los weblogs formarían parte de los experimentos narrativos, sostiene Tirteafuera.

El lector se reencuentra con M. de Cervantes en distintas encrucijadas y vericuetos, y no solo en la experimentación con varios narradores. Las distintas voces tienen aquí también su afinidad: además del artificio de un estilo literario que puede servir de normalización lingüística, excepción hecha de alguna norma de Euskaltzaindia, paralelo por otra parte al estilo del narrador de las novelas de caballería, Tirteafuera quiere remarcar la búsqueda de autenticidad en la escritura “analfabeta” del párroco Camilo Lizardi, o en la imitación de Pedro de Axular.

En “Ondo plajiatzeko metodoaren azalpen laburra eta adibide bat” –introducción breve para plagiar bien acompañada de un ejemplo-, o en”Ipui bat bost minututan izkribatzeko” –para escribir un cuento en cinco minutos-, según Tirteafuera, B. Atxaga actualiza los pasajes que sobre retórica podemos encontrar en El Quijote, a la vez que reflexiona sobre qué es plagio. Un ejemplo más de metaliteratura.

A propósito, avisado y despierto lector, Tirteafuera a lo largo de este texto ha ido copiando pequeños fragmentos de Obabakoak para que, con el placer de descubrirlos, tengas la satisfacción de reconocerte en la categoría de lector aventajado que identifica homenajes y carencias.

Tirteafuera ve cómo el tiempo le va socavando la página en blanco y no le sucede como al señor Werfell que tenía claro que, a pesar de que las cosas empezaran mal, había que seguir escribiendo hasta mejorar el texto. Y a estas alturas no mejora, murmulla Tirteafuera. Si hay un hombre atormentado por que todas las ideas quepan en un libro, éste en un capítulo, éste en un párrafo, el párrafo en una palabra ese es el infortunado Tirteafuera. Dejémosle aquí, así, amable lector, que el paso del tiempo siempre ha aturrullado a Tirteafuera ya que nunca conseguirá, a pesar de su esfuerzo titánico, encerrar en esta entrada de cuaderno de bitácora todos los reencuentros entre M. de Cervantes y B. Atxaga.

Sigamos que es hora de acabar.

Para terminar, puede sorprendernos, pero a B. Atxaga le han puesto la etiqueta del quijote de las letras vascas cuando, de ser algo, es el cervantes de literatura vasca, en euskera y en castellano. Lo percibimos así aquí y también fuera: en el año del IV Centenario lo vimos por Sant Jordi en Barcelona leyendo en la versión en euskera de Berrondo El Quijote mientras José Saramago lo hacía en portugués y el gallego Suso de Toro lo hiciera en el catalán, o en noviembre en la conferencia “La voz de Don Quijote” clausurando el Congreso “El Cine y El Quijote”, celebrado en la Biblioteca Valenciana.

Para satisfacción de Tirteafuera que todavía no se ha recuperado, escribimos una cita de Obabakoak:

“[…] “Hemen bukatzen da memorando hau” idatzi zuen orrialdean. Gero, lanpara itzali eta ilunbetan gelditu zen, baina soseguz, lunbe hartaz arduratu gabe, gizon zoriontsuak bezala.”
108 or.
–“Aquí se acaba el memorando” escribió en la última página. Después, apagó la lámpara y se quedó en penumbra, tranquilo, sin preocuparse por aquella oscuridad, como los hombres felices.-

martes, enero 24, 2006

Vámonos poco a poco, pues ya en los nidos de antaño no hay pájaros hogaño.



Cada uno es artífice de su ventura.

En estos tiempos de mudanza, Tirteafuera quiere recordar las palabras de don Quijote

“[…] que a solo Dios está reservado conocer los tiempos y los momentos, y para Él no hay pasado ni porvenir, que todo es presente.”

II, 25

Al fin y al cabo, piensa Tirteafuera, a nosotros, seres mixtos por naturaleza, no nos es dado la omnisciencia, tan solo la conciencia aturullada del momento presente. Podemos, en el mejor de los casos, adivinar como el moro de Maese Pedro el pasado:

“[…] En esto, volvió maese Pedro, y en una carreta venía el retablo, y el mono, grande y sin cola, con las posaderas de fieltro, pero no de mala cara; y, apenas le vio don Quijote, cuando le preguntó:

–Dígame vuestra merced, señor adivino: ¿qué peje pillamo? ¿Qué ha de ser de nosotros?Y vea aquí mis dos reales.

Y mandó a Sancho que se los diese a maese Pedro, el cual respondió por el mono, y dijo:

–Señor, este animal no responde ni da noticia de las cosas que están por venir; de las pasadas sabe algo, y de las presentes, algún tanto.

–¡Voto a Rus –dijo Sancho–, no dé yo un ardite porque me digan lo que por mí ha pasado!; porque, ¿quién lo puede saber mejor que yo mesmo? Y pagar yo porque me digan lo que sé, sería una gran necedad; pero, pues sabe las cosas presentes, he aquí mis dos reales, y dígame el señor monísimo qué hace ahora mi mujer Teresa Panza, y en qué se entretiene.”

II; 25

M. de Cervantes, como acostumbra, nos convierte en espectadores de su propio espectáculo: somos figurantes de su concepción del mundo. En esta ocasión Tirteafuera ha querido fijarse en una obsesión del autor; en su opinión, el paso de tiempo está nebulosamente envolviendo la materia narrativa. Y no solo, como apuntábamos en el Discurso de la Edad de Oro, porque sitúe la utopía humana en un tiempo remoto, imposible por ser ya consumado,

“[…] y le dé a entender cuán provechosos y cuán necesarios fueron al mundo los caballeros andantes en los pasados siglos, y cuán útiles fueran en el presente si se usaran;”

II, 18

sino porque el paso del tiempo convoca la mudanza y filtra el valor de lo que acontece:

“[…] –Los sucesos lo dirán, Sancho –respondió don Quijote–; que el tiempo, descubridor de todas las cosas, no se deja ninguna que no las saque a la luz del sol, aunque esté escondida en los senos de la tierra.”

II, 25

En esto estamos, murmura Tirteafuera. La edad ligera ha ido diluyendo los ecos vocingleros del IV Centenario: ¿los más de 3.000 acontecimientos deportivos recreativos culturales? … ya fueron; ¿los paisajes de cartón piedra? … son sombras desvaídas en papel couché; ¿los top ten, los ranking y las listas de los libros más vendidos? … son fondo de estantería; ¿las listas de los libros más leídos? … ¿acaso preocupa?; ¿congresos? ¿exposiciones? ¿simposios? …hogueras de vanidades. Si al menos dejaran cenizas gloriosamente ardidas…

Como ya os habréis percatado, sapientísimos lectores, Tirteafuera tiene un día oscuro. Si no lo remedia nadie, hoy Tirteafuera seguirá desencantado. A veces, para superar el mal momento, se deja guiar de su instinto, abre El Quijote al azar y la Fortuna le marca veredas para encontrar en el texto el consuelo que le colma: así, cuando abre El Quijote, le gustaría espigar citas risueñas de las que tanto abundan en la mirada de M. de Cervantes, el gran optimista:

“[…] –Calle vuestra merced, señor compadre –dijo el cura–, que Dios será servido que la suerte se mude, y que lo que hoy se pierde se gane mañana;”

I, 7

“[…] –La ventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear”

I, 8

“[…] pues el que hoy cae puede levantarse mañana,”

II, 65

“[…] Siempre deja la ventura una puerta abierta en las desdichas, para dar remedio a ellas.”

I, 15

“[…] –Dios lo hará mejor –dijo Sancho–; que Dios, que da la llaga, da la medicina;”

II, 19

“[…] y el que es vencido hoy ser vencedor mañana.”

II, 74

Sin embargo, no siempre es posible y, cuando en el texto quiere espigar trigo candeal, la adversa suerte, como ahora en este instante, tan solo estampilla citas que ciegan sus ojos de sombra negra:

“[…] ''Pensar que en esta vida las cosas della han de durar siempre en un estado es pensar en lo escusado”

II, 53

Así le habla el filósofo apócrifo Cide Hamete, su cofrade y compañero de fatigas. Tirteafuera se alegra de encontrar un adlátere, entre quienes, sin lumbre de fe y tan solo con la luz natural, han entendido que la vida presente es inestable y ligera. Bendita esta luz que disipa las sombras. Al menos Benengeli deja un portillo a la esperanza. La mudanza del tiempo abre nuevas venturas: la hojarasca del IV Centenario ha sido arrastrada por el cierzo; más allá del invierno gélido, palpitan ya los renuevos:

“[…] antes parece que ella anda todo en redondo, digo, a la redonda: la primavera sigue al verano, el verano al estío, el estío al otoño, y el otoño al invierno, y el invierno a la primavera, y así torna a andarse el tiempo con esta rueda continua;”

II, 53

En este perpetuum movile es posible recuperar El Quijote para los lectores; en este centelleo cíclico Tirteafuera quiere entrever el sueño cansado de M. de Cervantes: vencido de la edad, sin embargo, adormece en El Quijote rescoldos de esperanza. Tirteafuera recala en antiguas andaduras cuando el texto de nuestro demiurgo suscitaba reflexiones sobre la libertad y virtud como valor personal:

“[…] –Abrid camino, señores míos, y dejadme volver a mi antigua libertad; dejadme que vaya a buscar la vida pasada, para que me resucite de esta muerte presente.”

II, 55

“[…] –Muy filósofo estás, Sancho –respondió don Quijote–, muy a lo discreto hablas: no sé quién te lo enseña. Lo que te sé decir es que no hay fortuna en el mundo, ni las cosas que en él suceden, buenas o malas que sean, vienen acaso, sino por particular providencia de los cielos, y de aquí viene lo que suele decirse: que cada uno es artífice de su ventura.”

II, 66

En estas estábamos, cuando una nueva cita provoca la desesperación de Tirteafuera que, como buen humanista que es, busca la simetría, el orden, la calma interior, la ley infalible que ahuyenta el caos. Nada, es mejor dejarlo, se autoconvence; vendrán días en los que espigar soluciones en El Quijote estará en la providencia de los cielos. Cada uno es artífice de su ventura, sí; pero en ocasiones la suerte no acompaña a los constantes.

“[…] La fuente de la plaza se secó; un rayo cayó en la picota, y allí me las den todas.”

II, 52


Vale.

domingo, enero 01, 2006

Morir cuerdo y vivir loco, II, 74


Es menester tocar las apariencias con la mano para dar lugar al desengaño, II, 11

Tirteafuera es una persona avisada: en esta inercia de Año Nuevo todo son planes y propósitos. Detrás queda el 2005, y el IV Centenario. “La malignidad del tiempo, devorador y consumidor de todas las cosas”, I, 9, ha virado a nuestro favor. Tenemos cien años para celebrar la lectura de El Quijote. A Tirteafuera le gustaría ser quijote, pero son tantos los palos recibidos que, por llevar la contraria, este primer día del año le pide el cuerpo ser sancho. Intuye que no hay mayor tragedia que la de vivir loco, mientras el tiempo socava nuestra presencia, y morir cuerdo, cuando la obra ha llegado a su fin y el telón corrido encierra el mundo imaginario en el escenario.

Para este año nuevo, Tirteafuera quiere ser cauto y se arrima al personaje Sancho Panza porque siempre avisa, y siempre a tiempo:

- ¿Qué gigantes? - dijo Sancho Panza.

- Aquellos que allí ves - respondió su amo- de los brazos largos, que los suelen tener algunos de casi dos leguas.

- Mire vuestra merced - respondió Sancho- que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas, que, volteadas del viento, hacen andar la piedra del molino.

I, 8

Estaba Sancho Panza colgado de sus palabras, sin hablar ninguna, y, de cuando en cuando, volvía la cabeza a ver si veía los caballeros y gigantes que su amo nombraba; y, como no descubría a ninguno, le dijo:

- Señor, encomiendo al diablo hombre, ni gigante, ni caballero de cuantos vuestra merced dice parece por todo esto; a lo menos, yo no los veo; quizá todo debe ser encantamento, como las fantasmas de anoche.

- ¿Cómo dices eso? - respondió don Quijote- . ¿No oyes el relinchar de los caballos, el tocar de los clarines, el ruido de los atambores?

- No oigo otra cosa - respondió Sancho- sino muchos balidos de ovejas y carneros.

I, 18

Si hubiéramos hecho caso a Sancho en este año recién terminado, no habríamos desperdiciado la ocasión entre tanto fasto fatuo, no habríamos ido detrás de fantasmas, o no habríamos tenido la sensación que se ha querido desarbolar un texto como si malos encantadores quisieran quitar la palabra y el sentido a M. de Cervantes.

Y a su vez castiga respetuosamente cuando, después del encontronazo con la realidad, el desengaño brutalmente nos desvela la condición de seres contingentes:

- ¡Válame Dios! - dijo Sancho- . ¿No le dije yo a vuestra merced que mirase bien lo que hacía, que no eran sino molinos de viento, y no lo podía ignorar sino quien llevase otros tales en la cabeza?

I, 8

- ¿No le decía yo, señor don Quijote, que se volviese, que los que iba a acometer no eran ejércitos, sino manadas de carneros?

- Como eso puede desparecer y contrahacer aquel ladrón del sabio mi enemigo. Sábete, Sancho, que es muy fácil cosa a los tales hacernos parecer lo que quieren, y este maligno que me persigue, envidioso de la gloria que vio que yo había de alcanzar desta batalla, ha vuelto los escuadrones de enemigos en manadas de ovejas

I, 18

Aunque no siempre, sostiene Tirteafuea, ya que, poco a poco, Sancho Panza se contagia de la visión de don Quijote de una forma interesada:

Andaba Sancho buscando la cabeza del gigante por todo el suelo, y, como no la hallaba, dijo:

- Ya yo sé que todo lo desta casa es encantamento; que la otra vez, en este mesmo lugar donde ahora me hallo, me dieron muchos mojicones y porrazos, sin saber quién me los daba, y nunca pude ver a nadie; y ahora no parece por aquí esta cabeza que vi cortar por mis mísimos ojos, y la sangre corría del cuerpo como de una fuente.

[…]

Y estaba peor Sancho despierto que su amo durmiendo: tal le tenían las promesas que su amo le había hecho

I, 35

Quizá todo ello sea una reflexión de M. de Cervantes sobre la necesidad de la condición humana de traficar con sueños: Sancho Panza y don Quijote están hechos de la misma materia en la que M. de Cervantes proyecta su ideal de trascendencia, cenizas de sueños encendidos. Más allá de lo que percibimos está la esencia de los sueños que nos redimen, sentencia Tirteafuera. A su manera, el genial autor lo apuntó con frases lapidarias como esta: “Es menester tocar las apariencias con la mano para dar lugar al desengaño”, II, 11

Ahora que, corrido el telón, la función ha acabado, Tirteafuera espera que don Quijote sea liberado de tanta instrumentalización, de tanta materialización en botijos, pines, recuerdos, monedas, rutas, macroconciertos y espera, así mismo, que coherentemente discurra incorpóreo por el paisaje del texto de M. de Cervantes sin que ningún malandrín oportunista, o encantador, haga cotizar en bolsa sus ideales. Quizá, recapacita Tirteafuera, uno de los logros de este IV Centenario haya sido embotellar el espíritu para poner en el paisaje una etiqueta y comercializarlo: don Quijote, convertido en mercancía, es un logotipo, una marca comercial. Ya don Quijote no peregrina por una llanura símbolo de la existencia, sino que, atado por contrato, cumple la agenda de la corporación que explota un recurso natural, el mayor corredor ecoturístico de Europa.

Afortunadamente, hemos tenido un año para ejercitar la paciencia, y nos quedan otros cien años para celebrar la lectura. Podremos ver, señala Tirteafuera, de nuevo el espíritu libre de M. de Cervantes vagando en la llanura manchega luchando consigo mismo porque no hay IV Centenario que cien años dure:

- […] Todas estas borrascas que nos suceden son señales de que presto ha de serenar el tiempo y han de sucedernos bien las cosas; porque no es posible que el mal ni el bien sean durables, y de aquí se sigue que, habiendo durado mucho el mal, el bien está ya cerca.

I, 18

En este año de desengaños Tirteafuera ha echado de menos a don Quijote, o quizás mejor, El Quijote, o aún más, M. de Cervantes; mientras que el personaje es fácilmente manipulable, como agua clara de manantial que se embasa para la venta, el texto requiere esfuerzo, ser vencedor de sí mismo, como la cumbre que nos ensancha el paisaje y el espíritu después de la ascensión fatigosa. Después de la agonía, de la lucha interior de la lectura, Tirteafuera intuye la presencia del autor que escribe en plena consciencia un diálogo que resume su vida gloriosamente desengañada:

- Abre los ojos, deseada patria, y mira que vuelve a ti Sancho Panza, tu hijo, si no muy rico, muy bien azotado. Abre los brazos y recibe también tu hijo don Quijote, que si viene vencido de los brazos ajenos, viene vencedor de sí mismo; que, según él me ha dicho, es el mayor vencimiento que desearse puede.

II, 72


A modo de despedida, Tirteafuera nos propone esta cita:

¡Oh carísimos amigos, quedaos en paz, y la locura que nos aparta de vosotros, convertida en desengaño, nos vuelva a vuestra presencia!,

II, 29

Sancho Panza está dirigiéndose al rucio y a Rocinante, pero perdonemos esta broma de Tirteafuera que no se explaya en exceso en ellas.

Vale.

sábado, diciembre 31, 2005

En la soledad sonora, ahora que se van los mercaderes ...


No pongas tus sucias manos sobre El Quijote (5)


En el IV Centenario todo ha sido maravilla, dicen algunos responsables de los fastos.

Me temo que nos hemos quedado en los aledaños. Es maravilla, es cartón piedra que nos ha acompañado en este venturoso año. Balbucea, sin embargo, Tirteafuera. No parece sino que detrás de cada acontecimiento hay una caja registradora, o una urna, o el desmantelamiento de una obra.

Tirteafuera ha ido a dar una vuelta en busca de perlas, y ha encontrado muchas, y sin mucho esfuerzo. Veamos:

- Don Quijote se traduce al spanglish

«In un placete de la Mancha, of which nombre no quiero remembrearme, vivía, not so long ago, uno de esos gentlemen who always tienen una lanza in the rack, una buckler antigua, a skinny caballo y un grayhound para el chase»

- Un grupo de policías mexicanos a traducir la obra a clave policial, como parte de una iniciativa para acercarlos a la cultura.

- Barreda estira el IV Centenario del Quijote hasta 2015, fecha de la segunda parte

Castilla-La Mancha es una marca de prestigio para el futuro gracias al IV Centenario. El IV Centenario "ha sido una magnífica inversión, una de las mejores de la autonomía: con un crecimiento de visitas de extranjeros del 26 por ciento y dos millones de participantes en los actos programados.

- Don Quijote ya es paisaje

Es un retrato de Don Quijote y Sancho, de Rocinante y del rucio en dimensiones lunáticas: en un yermo de medio kilómetro por un kilómetro. Para hacerse una idea, los ojos de Don Quijote miden cuatro metros cada uno.

- Un español lleva 'El Quijote' al Aconcagua, la cumbre más alta de América

'Cuando llegué me emocioné muchísimo. Me abracé a los otros. Esperé un poco para reponer algo de fuerzas y me dispuse a leer los primeros párrafos de 'El Quijote''

- Los diputados leerán hoy 'El Quijote' por última vez en el pleno ...

- Aragón distribuye el 'Quijote' leído en MP3 para escolares

"se trata de disponer del Quijote para escucharlo en un reproductor de MP3 o en PC. Es un magnífico regalo para terminar el año del cuarto centenario del Quijote".

"La oralidad es un componente esencial de la estructura narrativa del Quijote", explica José Manuel Blecua, comisario del IV Centenario del Quijote

- El Quijote 'ha oscurecido' muchas de las actividades programadas

La ministra de Cultura, Carmen Calvo, aseguró a los periodistas que El Quijote 'ha oscurecido' muchas de las actividades programadas dentro del Año Valera, a pesar de que se han desarrollado todas, ya que 'no ha habido un lugar en el planeta que no haya celebrado este cuarto centenario'

Hoy.
Hoy termina el IV Centenario, hoy es el último día de 2005. Por fin, grita Tirteafuera, Don Quijote tiene otros cien años para vivir en paz su ideal caballeresco.

Como cuando acaba la feria, los mercaderes, vendedores de sueños y traficantes de ideales, se retiran ya del recinto ferial en busca de otros parques temáticos. Para ellos, afortunadamente, Don Quijote cede el relevo al enigma de Colón. Ya está la maquinaria en marcha.

Ahora.

A pesar de que con razón más de uno ha acabado saturado, hasta la golilla, ahora justo es el momento de seguir celebrando la lectura de El Quijote. Ahora que se van alejando con la megafonía vocinglera, ahora es el momento de abrir el libro de M. de Cervantes sin pausa y a nuestro aire.

Tirteafuera está recuperando el ánimo. Se van; por fin, se van.

Acompañado por los clásicos, en esta soledad sonora, en esta música callada, en esta luz no usada, Tirteafuera quiere congratularse con la curiosidad de un lector de El Quijote: se llama Manex, no está menos globalizado que un adolescente de su edad (13 años), juega al balonmano de central, pivote y lateral, aunque siempre prefiera jugar de central, le ayuda en ello su cuerpo arrecho; en baloncesto sigue la trayectoria de los Sixers de Filadelfia, en la conferencia del Este, y los pasos de Allen Iverson, Cris Webber o Iguodala; por supuesto que ha leído a Harry Potter, pero prefiere Los Misterios de Roma; formó parte hace dos años de un grupo de lectores que tenían que elegir la mejor novela: de esta selección salió ganadora El arca y yo, aunque a él también le gustaba 26 años después; cuando ve la tele, disfruta con Camera café, o hace malabares en la agenda para poder seguir Zona NBA, en La2; saca buenas notas, se lo merece; es un buen manager en NBA Live 2004, conduce alocadamente en Crazy Taxy y es estratega avezado en Imperium. Acaba de leer la Primera Parte de El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha.

Los regalos de Navidades le tienen ocupado, pero Tirteafuera sabe que más tarde, sin ninguna presión, por esa misma curiosidad que nos lleva, elegirá el momento de disfrutar de la Segunda Parte, tan llena de homenajes a la inteligencia.

Es un caso más.

Por todo ello, seamos quijotes, expongámonos nosotros primero ante el ideal caballeresco de M. de Cervantes, expongamos después a nuestros hijos, escolares y usuarios de la biblioteca escolar ante el texto. Llenemos de valor la lectura, propiciemos el esfuerzo como uno de los caminos para llegar a disfrutar de nosotros mismos o para superar nuestras limitaciones, y dejemos libertad a que la curiosidad nos guíe.

Tenemos cien años por delante.

miércoles, diciembre 14, 2005

Barataria en el oráculo de Google


Tirteafuera hace balance

A veces, nos decía más arriba Tirteafuera, los telescopios pierden el rastro de Barataria cuando se mira a través de ellos con pocos aumentos. Tirteafuera siente que el año está al caer y es hora de balance. Más ahora que con esta celebra la entrada número cien. De nuevo va a echar la red sin saber a ciencia cierta qué va a encontrar en ella. De forma disciplinada, abre un navegador para consultar al oráculo Google: ¿en la nebulosa de internet dónde se encuentra Barataria?

Tirteafuera, timorato, recuerda consultas anteriores:

/Cervantes/, /Quijote/, 1.500.000, Visibilidad: ¿

/Cervantes/, /Quijote/, /“biblioteca escolar”/, 70.800, Visibilidad: 3

/Cervantes/, /Quijote/, /“biblioteca escolar”/, /barataria/, 89, Visibilidad: 1

/Cervantes/, /Quijote/, /“biblioteca escolar”/, /tirteafuera/, 65, Visibilidad: 2

En la danza del oráculo, ¿qué nos dirá la sibila? De forma disciplinada, Tirteafuera abre un navegador para consultar a Google:

/Cervantes/, /Quijote/, 1.530.000, Visibilidad: 15

/Cervantes/, /Quijote/, /biblioteca/, 349.000, Visibilidad: 8

/Cervantes/, /Quijote,/ /“biblioteca escolar”/, 230, Visibilidad: 1

/Cervantes/, /Quijote/, /“biblioteca escolar”/, /barataria/, 94, Visibilidad: 1

/Cervantes/, /Quijote/, /“biblioteca escolar”/, /tirteafuera/, 73, Visibilidad: 1

Tirteafuera sonríe satisfecho: “Hemos mejorado posiciones”, se dice para sus adentros. De todas formas, se pregunta qué pasará si la red no es tan tupida, o el telescopio no apunta a unas coordenadas tan precisas. Veamos. Hoy Tirteafuera no tiene prisa; a modo de juego, va a intentar distintas estrategias de búsqueda en Google: con un solo término, con una frase, con dos términos, con una frase y un término, con tres términos. Sólo por el placer de contemplar las estrellas.

Entre los resultados de búsqueda con un solo término:

/Tirteafuera/; 9.170 ; Visibilidad: 2

/Barataria/; 360.000 ; Visibilidad: 5

En el catalejo con más aumentos; en este caso, resultados en búsquedas hechas con dos términos:

/Cervantes/, /quijote/, 1.480.000; Visibilidad: 14

/Quijote/, /Google/, 386.000; Visibilidad: 11

/Quijote/, /celebración/, 150.000; Visibilidad: 26

/Quijote/, /bitácora/, 143.000; Visibilidad: 44

/Quijote/, /hip hop/, 116.000; Visibilidad: 40

/Quijote/, /Vitoria/, 62.200; Visibilidad: 23

/Quijote/, /barataria/, 29.300; Visibilidad: 4

/Sancho/, /barataria/, 28.100; Visibilidad: 6

/Centenario/, /barataria/, 9.570; Visibilidad: 1

/Quijote/, /tirteafuera/, 630; Visibilidad: 1

/Barataria/, /tirteafuera/, 573; Visibilidad: 1

Cada vez la red es más tupida en la búsqueda en Google: ahora, una frase y un término

/“biblioteca escolar”/, 99.900 ; Visibilidad: 43

/Cervantes/ /“biblioteca escolar”/, 827 ; Visibilidad: 4

/Quijote/ /“biblioteca escolar”/, 629 ; Visibilidad: 3

/Quijote/ /“celebración de la lectura”/, 376 ; Visibilidad: 1

Más difícil todavía, con tres lentes, tres términos en la búsqueda:

/quijote/, /centenario/, /celebración/, 69.500 ; Visibilidad: 180

/quijote/, /cuaderno/, /bitácora/, 20.700 ; Visibilidad: 57

/quijote/, /rap/, /biblioteca/, 16.800 ; Visibilidad: 8

/quijote/, /centenario/, /mediateca/, 286 ; Visibilidad: 8

Ya vale por hoy, ya es suficiente. Tirteafuera piensa en los usuarios de la biblioteca escolar y en la propuesta que les va a hacer: mirad, parece decirles, en el universo de internet hay nebulosas de datos y opiniones, no todas están a la misma distancia y brillan con igual intensidad; pensad que Google es uno de los catalejos que podéis utilizar y conviene, si queréis ser eficaces en la búsqueda, dominar esta herramienta. Bien. Experimentemos con las búsquedas…

La voz de Tirteafuera tienta la curiosidad de los escolares mientras les plantea jugar con Google.

Tirteafuera bien sabe que es muy importante dedicar tiempo a la experimentación de la búsqueda, pero también experimentar con estrategias de posicionamiento en la indexación de Google. Esta entrada como la anterior Barataria en el firmamento de Cervantes han sido ensayos en esta experimentación: la danza de Google ha posicionado favorablemente este cuaderno de bitácora. De alguna forma, Tirteafuera se siete algo incómodo ya que su trabajo –su escaso mérito- ha sido como seleccionar agua pura y cristalina en el texto de M. de Cervantes, embotellarla y poner la etiqueta “Barataria, Cuaderno de bitácora de la Mediateca Alejandría, biblioteca escolar”; ha sido como colonizar algo que es de todos: M. de Cervantes.