lunes, mayo 30, 2005

Traduttore. Traditore.



No todo traductor, por serlo, es un traidor

No todo traductor, por serlo, es un traidor, a pesar de la máxima italiana: "Traduttore. Traditore". Tan solo es una máxima que, a través de la paronomasia, simplifica la realidad. Si que en muchas ocasiones el traductor tiene ante sí el esfuerzo titánico de escanciar el vino viejo en odres nuevos; en este caso, la tarea se nos antoja ardua. Hoy, como homenaje a todos los que, en su propio idioma, han reivindicado a M. de Cervantes, vamos a hablar de las traducciones de El Quijote a las lenguas peninsulares. Para nosotros tienen más mérito que los que adaptan el texto, y su labor divulgadora, desde luego, supera a quienes lo adulteran de forma que del texto de M. de Cervantes sólo quedan los contenedores ( don Quijote, Sancho Panza, Dulcinea, …) vacíos de contenido.

Sobre las diversas traducciones de El Quijote, quien quiera saber más puede apuntar su navegador al Instituto Cervantes; encontrará un enlace que le mostrará, en una exposición virtual, la portada, la ficha bibliográfica y, en ocasiones, el primer capítulo de la Primera Parte en formato pdf.

Tal como adelantábamos, entre la referencias hemos encontrado las traducciones al catalán, al gallego y al euskera. Como homenaje hemos querido esta vez incluir las primeras líneas en estos idiomas. Es muy conveniente ( imprescindible, si queremos) leer a M. de Cervantes en castellano en la versión original; es oportuno reivindicar a M. de Cervantes desde todos los idiomas, desde todas las culturas.

Una muestra de las primeras líneas en catalán, por ejemplo:

A un poblet de la Mancha, que del seu nom vull recordar-me, no fa gaire temps, un d’aquells hidalgos de llança arreconada, dar antita, rossí magre i llebrer corredor. Un bullit, més soviet de vaca que de moltó, carn trincada quasi totes les nits, olla de trossos els dissabtes, llenties els divedres i algun Coloma que hi queia de més a més els diumenges, sémportave las tres parts de sa hisenda.

Este fragmento pertenece a la traducción del texto completo realizada por Antoni Bulbena i Tussel publicada por la editorial Edicions 62, en 2005.

Como muestra de la traducción al gallego sirvan estas líneas. Pertenecen a Valentín Arias López, publicadas por el editor Caracha en 1992:

Nun lugar da Mancha, do que non quero lembrar-lo nome, no hai moito tempo que
vivía un fidaldo dos de lanza en lanceira, adarga antiga, rocin fraco e galgo corredor. Unha ola de algo máis vaca ca carneiro, salpicón as máis das noites, ovos e torresmos os sábados, lentellas os venres, algún pombiño de engadidura os domingos, consumían as tres partes da súa facenda.

En Euskera tenemos en el catálogo virtual del Instituto Cervantes la traducción de Pedro María Berrondo y Lasarte, publicada por la editorial Itxaropena en 1976:

Mantxa-aldeko erri koxkor batean, bere izenik ez nuke gogoratu nai, bici zan denbora asko ez dala etxeko-seme bat: lantza altxa-tokian, adarga zaar, zaldi igar ta erbi-zakur dun oietakoa. Bere ondasuna, lauetatik iru ontantxezijoakion: eguneroko eltzekoa, beikia oparoagoa aarikia baino, zezinkia ia agüero, zartagiko lodia larunbat oro, lentejak ostiraletan, eta usakumeren bat igandetako goxagarri.

Este homenaje es en nuestra opinión muy merecido: en el caso de Pedro Berrondo, la traducción avanzaba a un ritmo de tres páginas cada dos horas. Más o menos. En ocasiones: descripciones y diálogos, por ejemplo, la traducción era más ágil. Al traductor le sirvió el esfuerzo para proponer un modelo de lengua basada en moldes antiguos, en la lengua propia de la infancia idealizada.

La Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, RSBAP, en este año han presentado una reedición actualizada de esta versión.


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viernes, mayo 27, 2005

¡Aquí morirá Sansón, y cuantos con él son!



Los azotes, un artefacto narrativo.

Ya en otras ocasiones hemos hablado de M. de Cervantes como creador de artefactos narrativos. Vamos a proponer a los usuarios de la Biblioteca Escolar uno más, el leif motiv de los azotes. Para esta ocasión, M. de Cervantes elige las piezas necesarias: en la escenografía, la corte de los duques; como personajes protagonistas, don Quijote y Sancho, y la sin par Dulcinea, en la memoria; el Mago Merlín, como artista invitado; como tema recurrente, el desengaño de Dulcinea a costa de las posaderas de Sancho.

M. de Cervantes aprovecha con sabiduría los engranajes de este artilugio: desde el capítulo trigésimo quinto de 2ª Parte hasta el final cíclicamente el leif motiv atrapa al lector con distintas variaciones y tonalidades. Estos arreglos nos muestran a un autor con ganas de divertirse, de divertirnos con un juego que, una vez puesto en marcha, se recrea, nos enreda.

Disfrutemos, por tanto, de este juego, pero no olvidemos que hay alguien que, mientras escribe, está observando nuestras reacciones con un gesto de complicidad. Para M. de Cervantes, oculto tras la tramoya, es la compensación oculta que le justifica como una persona a quien su inteligencia le da la medida de su virtud y el desengaño que le provoca la falta de reconocimiento de sus méritos.

El recorrido que les proponemos quizá se muy peculiar; hemos intentado destacar la tónica dominate; desde luego que en estas variaciones hay más de una tonalidad o armónico que se nos escapa. Aun y con todo podemos intuir al autor entre el cortinaje observando las reacciones de los espectadores.

Procedamos.

La maquinaria se pone en marcha

"[..] ¡Oh tú, gloria y honor de cuantos visten las túnicas de acero y de diamante, luz
y farol, sendero, norte y guía de aquellos que, dejando el torpe sueño y las ociosas plumas, se acomodan a usar el ejercicio intolerable de las sangrientas y pesadas armas! A ti digo, ¡oh varón como se debe por jamás alabado!, a ti, valiente juntamente y discreto don Quijote, de la Mancha esplendor, de España estrella, que para recobrar su estado primo la sin par Dulcinea del Toboso es menester que Sancho tu escudero se dé tres mil azotes y trecientos en ambas sus valientes posaderas, al aire descubiertas, y de modo, que le escuezan, le amarguen y le enfaden. Y en esto se resuelven todos cuantos de su desgracia han sido los autores, y a esto es mi venida, mis señores.
-¡Voto a tal! -dijo a esta sazón Sancho-. No digo yo tres mil azotes, pero así me daré yo tres como tres puñaladas. ¡Válate el diablo por modo de desencantar! ¡Yo no sé qué tienen que ver mis posas con los encantos! ¡Par Dios que si el señor Merlín no ha hallado otra manera como desencantar a la señora Dulcinea del Toboso, encantada se podrá ir a la sepultura!
-Tomaros he yo -dijo don Quijote-, don villano, harto de ajos, y amarraros he a un árbol, desnudo como vuestra madre os parió, y no digo yo tres mil y trecientos, sino seis mil y seiscientos ."

II, 35

Objeciones de Sancho

"[..] Pero querría yo saber de la señora mi señora doña Dulcinea del Toboso adónde aprendió el modo de rogar que tiene: viene a pedirme que me abra las carnes a azotes, y llámame "alma de cántaro" y "bestión indómito", con una tiramira de malos nombres, que el diablo los sufra. ¿Por ventura son mis carnes de bronce, o vame a mí algo en que se desencante o no? "

II, 35

Sancho pone condiciones:

"[..] Pero pues todos me lo dicen, aunque yo no me lo veo, digo que soy contento de darme los tres mil y trecientos azotes, con condición que me los tengo de dar cada y cuando que yo quisiere, sin que se me ponga tasa en los días ni en el tiempo, y yo procuraré salir de la deuda lo más presto que sea posible, porque goce el mundo de la hermosura de la señora doña Dulcinea del Toboso, pues según parece, al revés de lo que yo pensaba, en efecto es hermosa. Ha de ser también condición que no he de estar obligado a sacarme sangre con la diciplina, y que si algunos azotes fueren de mosqueo, se me han de tomar en cuenta. "


II, 35

Sancho da largas:


"[..] -Yo soy -respondió don Quijote-, que vengo a suplir tus faltas y a remediar mis
trabajos: véngote a azotar, Sancho, y a descargar en parte la deuda a que te obligaste. Dulcinea perece, tú vives en descuido, yo muero deseando; y, así, desatácate por tu voluntad, que la mía es de darte en esta soledad por lo menos dos mil azotes.
-Eso no -dijo Sancho-, vuesa merced se esté quedo; si no, por Dios verdadero que nos han de oír los sordos. Los azotes a que yo me obligué han de ser voluntarios, y no por fuerza, y ahora no tengo gana de azotarme: basta que doy a vuesa merced mi palabra de vapularme y mosquearme cuando en voluntad me viniere. "

II, 60

Sancho Panza protesta ante la injusticia:


"[..] si es que para curar los males ajenos tengo yo de ser la vaca de la boda. "

II, 69


"[..] Pues yo les voto a tal que si me traen a las manos otro algún enfermo, que antes
que le cure me han de untar las mías, que el abad de donde canta yanta, y no quiero creer que me haya dado el cielo la virtud que tengo para que yo la comunique con otros de bóbilis, bóbilis."


II, 71

Don Quijote presiona


"[..] -Ya vees, Sancho hermano, el largo viaje que nos espera y que sabe Dios cuándo
volveremos dél, ni la comodidad y espacio que nos darán los negocios; y, así, querría que ahora te retirases en tu aposento, como que vas a buscar alguna cosa necesaria para el camino, y en un daca las pajas te dieses, a buena cuenta de los tres mil y trecientos azotes a que estás obligado, siquiera quinientos, que dados te los tendrás, que el comenzar las cosas es tenerlas medio acabadas.

-¡Par Dios -dijo Sancho- que vuestra merced debe de ser menguado! Esto es como aquello que dicen: "¡En priesa me vees, y doncellez me demandas!". ¿Ahora que tengo de ir sentado en una tabla rasa quiere vuestra merced que me lastime las posas? En verdad en verdad que no tiene vuestra merced razón. Vamos ahora a rapar estas dueñas, que a la vuelta yo le prometo a vuestra merced, como quien soy, de darme tanta priesa a salir de mi obligación, que vuestra merced se contente, y no le digo más.
Y don Quijote respondió:
-Pues con esa promesa, buen Sancho, voy consolado, y creo que la cumplirás, porque, en efecto, aunque tonto, eres hombre verídico. "

II, 41

Se desespera:


"[..] Desesperábase de ver la flojedad y caridad poca de Sancho su escudero, pues, a
lo que creía, solos cinco azotes se había dado, número desigual y pequeño para los infinitos que le faltaban; y desto recibió tanta pesadumbre y enojo, que hizo este discurso:
-Si nudo gordiano cortó el Magno Alejandro, diciendo "Tanto monta cortar como desatar", y no por eso dejó de ser universal señor de toda la Asia, ni más ni menos podría suceder ahora en el desencanto de Dulcinea, si yo azotase a Sancho a pesar suyo; que si la condición deste remedio está en que Sancho reciba los tres mil y tantos azotes, ¿qué se me da a mí que se los dé él o que se los dé otro, pues la sustancia está en que él los reciba, lleguen por do llegaren? "

II, 60

Don Quijote apremia:


"[..] Éstas sí son verdaderamente cosas encantadas, y no las que mi amo dice. ¿Qué han hecho estos desdichados, que ansí los azotan, y cómo este hombre solo que anda
por aquí silbando tiene atrevimiento para azotar a tanta gente? Ahora yo digo que éste es infierno, o por lo menos el purgatorio".
Don Quijote, que vio la atención con que Sancho miraba lo que pasaba, le dijo:
-¡Ah, Sancho amigo, y con qué brevedad y cuán a poca costa os podíades vos, si quisiésedes, desnudar de medio cuerpo arriba, y poneros entre estos señores y acabar con el desencanto de Dulcinea! Pues con la miseria y pena de tantos no sentiríades vos mucho la vuestra, y más, que podría ser que el sabio Merlín tomase en cuenta cada azote déstos, por ser dados de buena mano, por diez de los que vos finalmente os habéis de dar. "


II, 63

Don Quijote echa en cara la deslealtad:


"[..] Dulcinea, a quien tú agravias con la remisión que tienes en azotarte y en castigar esas carnes que vea yo comidas de lobos, que quieren guardarse antes para los gusanos que para el remedio de aquella pobre señora.
-Señor -respondió Sancho-, si va a decir la verdad, yo no me puedo persuadir que los
azotes de mis posaderas tengan que ver con los desencantos de los encantados, que es como si dijésemos: "Si os duele la cabeza, untaos las rodillas". A lo menos, yo osaré jurar que en cuantas historias vuesa merced ha leído que tratan de la andante caballería no ha visto algún desencantado por azotes; pero por sí o por no, yo me los daré, cuando tenga gana y el tiempo me dé comodidad para castigarme. "

II, 67

Don Quijote suplica:


"[..] -Maravillado estoy, Sancho, de la libertad de tu condición: yo imagino que eres
hecho de mármol o de duro bronce, en quien no cabe movimiento ni sentimiento
alguno. Yo velo cuando tú duermes, yo lloro cuando cantas, yo me desmayo de ayuno cuando tú estás perezoso y desalentado de puro harto. De buenos criados es conllevar las penas de sus señores y sentir sus sentimientos, por el bien parecer siquiera. Mira la serenidad desta noche, la soledad en que estamos, que nos convida a entremeter alguna vigilia entre nuestro sueño. Levántate, por tu vida, y desvíate algún trecho de aquí, y con buen ánimo y denuedo agradecido date trecientos o cuatrocientos azotes a buena cuenta de los del desencanto de Dulcinea; y esto rogando te lo suplico, que no quiero venir contigo a los brazos como la otra vez, porque sé que los tienes pesados. Después que te hayas dado, pasaremos lo que resta de la noche cantando, yo mi ausencia y tú tu firmeza, dando desde agora principio al ejercicio pastoral que hemos de tener en nuestra aldea. "

II, 68

Llega el momento esperado:


"[..] -¿Cuándo? -replicó Sancho-. Esta noche, sin falta. Procure vuestra merced que la tengamos en el campo, al cielo abierto, que yo me abriré mis carnes.
Llegó la noche, esperada de don Quijote con la mayor ansia del mundo, pareciéndole que las ruedas del carro de Apolo se habían quebrado y que el día se alargaba más de
lo acostumbrado, bien así como acontece a los enamorados, que jamás ajustan la cuenta de sus deseos. [..]. Don Quijote, que le vio ir con denuedo y con brío, le dijo:
-Mira, amigo, que no te hagas pedazos, da lugar que unos azotes aguarden a otros; no quieras apresurarte tanto en la carrera, que en la mitad della te falte el aliento, quiero decir que no te des tan recio, que te falte la vida antes de llegar al número deseado. Y porque no pierdas por carta de más ni de menos, yo estaré desde aparte contando por este mi rosario los azotes que te dieres. Favorézcate el cielo conforme tu buena intención merece.
-Al buen pagador no le duelen prendas -respondió Sancho-: yo pienso darme de manera que sin matarme me duela, que en esto debe de consistir la sustancia deste milagro. Desnudose luego de medio cuerpo."


II, 71

Incluso, en esta situación, Sancho Panza negocia y engaña:


"[..] Hasta seis o ocho se habría dado Sancho, cuando le pareció ser pesada la burla y
muy barato el precio della, y, deteniéndose un poco, dijo a su amo que se llamaba a engaño, porque merecía cada azote de aquéllos ser pagado a medio real, no que a cuartillo.
-Prosigue, Sancho amigo, y no desmayes -le dijo don Quijote-, que yo doblo la parada del precio.
-Dese modo -dijo Sancho-, ¡a la mano de Dios, y lluevan azotes!
Pero el socarrón dejó de dárselos en las espaldas y daba en los árboles, con unos suspiros de cuando en cuando, que parecía que con cada uno dellos se le arrancaba el alma. Tierna la de don Quijote, temeroso de que no se le acabase la vida y no consiguiese su deseo por la imprudencia de Sancho, le dijo:
-Por tu vida, amigo, que se quede en este punto este negocio, que me parece muy áspera esta medicina y será bien dar tiempo al tiempo, que no se ganó Zamora en un hora. Más de mil azotes, si yo no he contado mal, te has dado: bastan por agora, que el asno, hablando a lo grosero, sufre la carga, mas no la sobrecarga.
-No, no, señor -respondió Sancho-, no se ha de decir por mí: "a dineros pagados, brazos quebrados". Apártese vuestra merced otro poco y déjeme dar otros mil azotes siquiera, que a dos levadas déstas habremos cumplido con esta partida y aún nos sobrará ropa.
-Pues tú te hallas con tan buena disposición -dijo don Quijote-, el cielo te ayude, y pégate, que yo me aparto.
No perdió el engañado don Quijote un solo golpe de la cuenta y halló que con los de la noche pasada eran tres mil y veinte y nueve. "

II, 71

Sancho Panza va cumpliendo sus plazos:


"[..] En este poco espacio le contó don Quijote la desgracia de su vencimiento y el
encanto y el remedio de Dulcinea, que todo puso en nueva admiración a don Álvaro, el cual, abrazando a don Quijote y a Sancho, siguió su camino, y don Quijote el suyo, que aquella noche la pasó entre otros árboles, por dar lugar a Sancho de cumplir su penitencia, que la cumplió del mismo modo que la pasada noche, a costa de las cortezas de las hayas, harto más que de sus espaldas, que las guardó tanto, que no pudieran quitar los azotes una mosca, aunque la tuviera encima. "

II, 72

Coda

No hubo desencantamiento, ni efectos especiales que mágicamente cambian las cosas. Bien puntualiza el narrador: “Aquel día y aquella noche caminaron sin sucederles cosa digna de contarse”. Sin embargo, M. de Cervantes cierra el ciclo buscando para ello una visión panorámica adecuada:

"[..] Con estos pensamientos y deseos subieron una cuesta arriba, desde la cual
descubrieron su aldea, la cual, vista de Sancho, se hincó de rodillas y dijo:
- Abre los ojos, deseada patria, y mira que vuelve a ti Sancho Panza, tu hijo, si no muy rico, muy bien azotado. Abre los brazos y recibe también tu hijo don Quijote, que si viene vencido de los brazos ajenos, viene vencedor de sí mismo; que, según él me ha dicho, es el mayor vencimiento que desearse puede. Dineros llevo, porque si buenos azotes me daban, bien caballero me iba. "




Quizá, otros se empeñen en buscar la actualidad de M. de Cervantes en un recorte de prensa que nos dice que un médico siberiano, Guerman Pilipenko, en vez de para desencantar, utiliza los azotes para curar la adición a la bebida. De ser así, nosotros nos perderíamos toda la maquinaria narrativa y Sancho, el pobre, dejaría de ser él un poco al no poder dar tientos a la bota de vino que va encaminando al coleto entre los dientes. O sea, que mejor es que lo dejemos y no hagamos ninguna mención a las propiedades curativas de los azotes en el alma y del cuerpo. Vale.


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miércoles, mayo 25, 2005

Cuán necio eres tú y cuán discreto soy yo (II, 25)



Darme ver en su ser a mi señora

M. de Cervantes proyecta en su texto su voluntad de ser ya desengañada. A la edad cansada, vecina de la vejez, nuestro autor conserva el brío de los años mozos; sin embargo, la realidad machaconamente va poniendo límites a sus ideales. Esta limitación de la condición humana campea entre los diálogos del hidalgo y del criado, del caballero y del escudero. Don Quijote y Sancho, dos caras de la misma moneda.

Puede cambiar el valor: son molinos o gigantes, rebaños o ejércitos, odres o desaforados monstruos. Sin embargo, como una constante, esta interpretación sintética, propia ya de los autores barrocos, ilumina todo el texto; el equilibrio inestable entre fuerzas de sentido contrario ofrece una interpretación dinámica de la realidad que nos obliga a superar la visión dicotómica para buscar la integración de distintos puntos de vista: ya no es tanto molinos o gigantes, ya es lo que es y lo que puede ser.

Hemos elegido al personaje Dulcinea del Toboso / Aldonza Lorenzo porque también en él se manifiesta la dicotomía que el lector tiene que integrar. M. de Cervantes respeta las servidumbres del género caballeresco con intención paródica, pero, en nuestra opinión, también proyecta su actitud vital: sí pero no. En la definición de Aldonza Lorenzo está la potencialidad de Dulcinea del Toboso; en Dulcinea del Toboso, la volunta de ser en Aldonza Lorenzo.

Una cita muy significativa es la que contiene la complementariedad entre la realidad física y la realidad imaginada. En labios de don Quijote:

"[...] Y para concluir con todo, yo imagino que todo lo que digo es así, sin que sobre ni falte nada; y píntola en mi imaginación como la deseo, así en la belleza como en la principalidad, y ni la llega Elena, ni la alcanza Lucrecia"

II, 25

M. de Cervantes interpreta la realidad como lo ya visto, o lo ya vivido y leído; manifiesta con frecuencia a lo largo del texto una complementariedad que supera, completa, redime la visión empobrecidamente real. Dulcinea, por ello, pasará a ser el personaje en el “se vienen a hacer verdaderos todos los imposibles y quiméricos atributos de belleza que los poetas dan a sus damas”.

"[...]Aquí dio un gran suspiro don Quijote, y dijo:
-Yo no podré afirmar si la dulce mi enemiga gusta, o no, de que el mundo sepa que yo la sirvo; sólo sé decir, respondiendo a lo que con tanto comedimiento se me pide, que su nombre es Dulcinea; su patria, el Toboso, un lugar de la Mancha; su calidad, por lo menos, ha de ser de princesa, pues es reina y señora mía; su hermosura, sobrehumana, pues en ella se vienen a hacer verdaderos todos los imposibles y quiméricos atributos de belleza que los poetas dan a sus damas: que sus cabellos son oro, su frente campos elíseos, sus cejas arcos del cielo, sus ojos soles, sus mejillas rosas, sus labios corales, perlas sus dientes, alabastro su cuello, mármol su pecho, marfil sus manos, su blancura nieve, y las partes que a la vista humana encubrió la honestidad son tales, según yo pienso y entiendo, que sólo la discreta consideración puede encarecerla[s], y no compararlas."

I, 13

En la artificiosidad de la enumeración advertimos la revisión de los tópicos descriptivos. Riámonos, pues, de esta metaliteratura tanto como del pudor estereotipado de las descripciones canónicas y vayamos además a buscar nuevas expresiones del sincretismo en texto.

El personaje de Sancho representa el envés, la visión engañada que los ojos nos dan … y la sin par Dulcinea del Toboso pasa a ser Aldonza Lorenzo ( el magistral M. de Cervantes enredando de nuevo entre los nombres que sustituyen la realidad, jugando con los sonidos alveolares y los interdentales). El personaje Sancho ata estrechamente la visión degradadora a través de la pregunta retórica y de la preterición, sabia compañera de la ironía:

"[...]- ¡Ta, ta! - dijo Sancho- . ¿Que la hija de Lorenzo Corchuelo es la señora Dulcinea del Toboso, llamada por otro nombre Aldonza Lorenzo?
- Ésa es - dijo don Quijote- , y es la que merece ser señora de todo el universo.
- Bien la conozco - dijo Sancho- , y sé decir que tira tan bien una barra como el más forzudo zagal de todo el pueblo. ¡Vive el Dador, que es moza de chapa, hecha y derecha y de pelo en pecho, y que puede sacar la barba del lodo a cualquier caballero andante, o por andar, que la tuviere por señora! ¡Oh hideputa, qué rejo que tiene, y qué voz! Sé decir que se puso un día encima del campanario del aldea a llamar unos zagales suyos que andaban en un barbecho de su padre, y, aunque estaban de allí más de media legua, así la oyeron como si estuvieran al pie de la torre. Y lo mejor que tiene es que no es nada melindrosa, porque tiene mucho de cortesana: con todos se burla y de todo hace mueca y donaire"

II, 35

M. de Cervantes, de nuevo, sin descanso, en este monólogo de Sancho Panza camino de El Toboso, escenifica magistralmente esta lucha de contrarios: Sancho Panza vs. Sancho Panza:

"[...]- Sepamos agora, Sancho hermano, adónde va vuesa merced. ¿Va a buscar algún jumento que se le haya perdido? ''No, por cierto''. Pues, ¿qué va a buscar? ''Voy a buscar, como quien no dice nada, a una princesa, y en ella al sol de la hermosura y a todo el cielo junto''. Y ¿adónde pensáis hallar eso que decís, Sancho? ''¿Adónde? En la gran ciudad del Toboso''. Y bien: ¿y de parte de quién la vais a buscar? ''De parte del famoso caballero don Quijote de la Mancha, que desface los tuertos, y da de comer al que ha sed, y de beber al que ha hambre''. Todo eso está muy bien. Y ¿sabéis su casa, Sancho? ''Mi amo dice que han de ser unos reales palacios o unos soberbios alcázares''. Y ¿habéisla visto algún día por ventura? ''Ni yo ni mi amo la habemos visto jamás''. Y ¿paréceos que fuera acertado y bien hecho que si los del Toboso supiesen que estáis vos aquí con intención de ir a sonsacarles sus princesas y a desasosegarles sus damas, viniesen y os moliesen las costillas a puros palos, y no os dejasen hueso sano? ''En verdad que tendrían mucha razón, cuando no considerasen que soy mandado, y que mensajero sois, amigo, no merecéis culpa, non''. No os fiéis en eso, Sancho, porque la gente manchega es tan colérica como honrada, y no consiente cosquillas de nadie. Vive Dios que si os huele, que os mando mala ventura. ''¡Oxte, puto! ¡Allá darás, rayo! ¡No, sino ándeme yo buscando tres pies al gato por el gusto ajeno! Y más, que así será buscar a Dulcinea por el Toboso como a Marica por Rávena, o al bachiller en Salamanca. ¡El diablo, el diablo me ha metido a mí en esto, que otro no!''

II, 10

Apreciamos más al Sancho Panza que va a buscar “a una princesa, y en ella al sol de la hermosura y a todo el cielo junto” que el que quisiera ir a buscar a su jumento, puesto que es en el primero donde se manifiestan con mayor lucidez las limitaciones de la condición humana.

Sin embargo, son en las trabadas razones entre los personajes don Quijote y Sancho donde M. de Cervantes sangra dolorosamente esta impotencia.

"[...]Decid, socarrón de lengua viperina, ¿y quién pensáis que ha ganado este reino y cortado la cabeza a este gigante,[…] si no es el valor de Dulcinea, tomando a mi brazo por instrumento de sus hazañas? Ella pelea en mí, y vence en mí, y yo vivo y respiro en ella, y tengo vida y ser."

I, 30

En definitiva, aquí tenemos la certeza de la duda. No podemos elegir a don Quijote o a Sancho, porque uno y otro dudan de lo que perciben como real. M. de Cervantes enreda de nuevo y elige la percepción más etérea: el olor ¿o teníamos que hablar de fragancia aromática?¿o de olor de ajos crudos?

"[...]- Pues ¡es verdad - replicó don Quijote- que no acompaña esa grandeza y la adorna con mil millones y gracias del alma! Pero no me negarás, Sancho, una cosa: cuando llegaste junto a ella, ¿no sentiste un olor sabeo, una fragancia aromática, y un no sé qué de bueno, que yo no acierto a dalle nombre? Digo, ¿un tuho o tufo como si estuvieras en la tienda de algún curioso guantero?
- Lo que sé decir - dijo Sancho- es que sentí un olorcillo algo hombruno; y debía de ser que ella, con el mucho ejercicio, estaba sudada y algo correosa.
- No sería eso - respondió don Quijote- , sino que tú debías de estar romadizado, o te debiste de oler a ti mismo; porque yo sé bien a lo que huele aquella rosa entre espinas, aquel lirio del campo, aquel ámbar desleído.
- Todo puede ser - respondió Sancho- , que muchas veces sale de mí aquel olor que entonces me pareció que salía de su merced de la señora Dulcinea; pero no hay de qué maravillarse, que un diablo parece a otro."

I, 31

"[...]- Y has también de advertir, Sancho, que no se contentaron estos traidores de haber vuelto y transformado a mi Dulcinea, sino que la transformaron y volvieron en una figura tan baja y tan fea como la de aquella aldeana, y juntamente le quitaron lo que es tan suyo de las principales señoras, que es el buen olor, por andar siempre entre ámbares y entre flores. Porque te hago saber, Sancho, que cuando llegé a subir a Dulcinea sobre su hacanea, según tú dices, que a mí me pareció borrica, me dio un olor de ajos crudos, que me encalabrinó y atosigó el alma."

II, 10

sábado, mayo 21, 2005

¿Elegidos por el IV Centenario?



De entre los usuarios de la biblioteca escolar, los alumnos de Bachiller acaban de terminar la última evaluación. Antes de preparar el final de curso, les hicimos una pregunta: “¿Qué es El Quijote para ti?” Contestaron de forma voluntaria.

Hemos aprovechado sus opiniones para celebrar con ellos el premio de reconocimiento por la labor realizada en torno a la celebración de la lectura del texto de M. de Cervantes. Posan felices ante la proximidad de su edad dorada. ¿Será que, como sucede con el cometa Halley, este centenario les ha elegido y marcado para siempre?

Como creemos que preguntar es más inteligente que responder, seguimos formulando aquellas preguntas de una de las primeras comunicaciones de esta bitácora. Aquellas mismas preguntas se las facilitamos a nuestros escolares antes de que se dispusieran a contestar “¿Qué es El Quijote para ti?”:

¿un centenario? ¿un expreso que pasa cada cien años y hay que abordarlo antes de perder oportunidad de negocio?

¿un texto? ¿una formulación cerrada, sacralizada que requiere una lectura reverencial?

¿un testimonio? ¿un ser humano que confiesa que ha vivido la contradicción entre el ser y el parecer?

¿una instantánea? ¿un relámpago fulgurante entre el esplendor y la decadencia del Imperio?

¿un manifiesto? ¿una definición de lo que es España lingüística, cultural e, incluso, políticamente?

¿una rethorica? ¿una acumulación de experimentos para contar historias?

¿una mercancía? ¿ pins, dvd, rutas turísticas, botijos, platillos,...?


No hemos seguido ningún criterio en la ordenación de las opiniones; quizá, así de esta manera, la diversidad y la frescura de los bachilleres se manifiestan con mayor claridad:

Creo que el fin de Cervantes es representar la pluralidad que hay en la gente para todo y que hay que respetar los valores de cada uno: si don Quijote quiere ir como caballero andante, le dejan hacerlo porque es lo que quiere ser.

Juanjo Montero, 5A
Bajo mi punto de vista, Don Quijote no es un loco, sino una persona que se refugia en la fantasía de la lectura para poder vivir feliz y no tener la vida aburrida y monótona que le había tocado.
Creo que todos tenemos un don Quijote dentro, no por el hecho de que nos gusten las novelas de caballería, sino porque todos, en algún momento de nuestra vida, olvidamos la realidad para llegar a la fantasía y encontrar en ella la felicidad que la realidad no nos proporciona.

Gloria Calzada, 5A



Para mí, El Quijote es una forma de ver la vida, va más allá de una crítica; es una inspiración que hace ver el mundo de una forma distinta a la que estamos acostumbrados y nos hace intentar vivir de otro modo, sin las preocupaciones del día a día, y disfrutar por un momento de algo increíble y mágico que no tendremos muchos años durante nuestra larga pero corta vida.

Igor Vea-Murguía, 5B

Así que se puede decir que El Quijote se está convirtiendo en una mercancía en vez de una novela: decenas de películas, series, musicales, videojuegos, rutas turísticas y un montón de productos dejan en segundo plano lo importante de la novela.

Imanol Álvarez, 5B

A El Quijote es bueno hacerle publicidad, pero hasta cierto punto porque, al final de tanto que te lo meten por los ojos, acabas un poquito harto de esta obra maestra. [...] la gente sí que estará deseando que se acabe la celebración del IV Centenario para poder seguir disfrutando de él sin tener tanta publicidad.

Mikel Marco, 5B

A parte de entretener, también he descubierto que este libro entraña otras finalidades: la más importante, a mi juicio, es que representa una especie de moraleja a partir del exceso de leer libros de caballerías, que en nuestro caso se puede aplicar al presente mediante diferentes situaciones: desde alguien que se siente muy identificado con su ídolo hasta la persona que participa en peligrosos juegos de rol que te obligan a seguir con tu personaje las veinticuatro horas del día.

Gorka Marcos, 5B

Este último año nos han invadido mensajes del tipo “vive el espíritu de don Quijote”, pero no con la finalidad de incitara la lectura de la obra y disfrutar de ella, [...] sino venderte un dvd que “reflejan” la obra de M. de Cervantes.

Adrián Morán, 5B

Para algunos sí recuerdos, libros ... y todo por el centenario. Pero, ¿el año que viene qué? Un año más y muchos de ellos ya no se acordarán que hay un libro que siempre nos hace soñar.

Iker Pozo, 5B

Para mí El Quijote es más que un libro o una novela, [...] es una ventana para saber cómo pensaba la gente hace cuatro siglos. Este libro es una de las muchas referencias culturales antiguas. No es como la gran parte de la literatura de ahora: hay muchos libros que han sido récord de ventas, pero se olvidan en poco tiempo; El Quijote, en cambio, se recuerda continuamente y, aunque también sea un récord de ventas, siempre está ahí; se parece a la Biblia.

Harkaitz Ruiz, 5B

También opino que, si no hubiera sido el año del centenario, no habría tenido tanto auge y no se habría interesado tanta gente por él. De todas formas, me parece buena manera de fomentar la lectura ya que es un hábito perdido.

Naiara Sáez de Eguino, 5D

Pienso que Cervantes escribió esta obra para que los lectores pudiesen hacer lo mismo que don Quijote: soñar con otro mundo y huir de la realidad.

Elvira Rodríguez, 5D

El centenario no es sino un invento publicitario para vender libros, vídeos, dvds, ... y así ganar dinero con ello ¿Si El Quijote tiene tanto valor, por qué tanta propaganda? ¿Será que su valor se está perdiendo y así consiguen “mantenerlo” más?

Estíbaliz Baranda, 5D

Si en cada centenario nos centramos en que la gente lo disfrute, creo que debería darse más importancia no solo al texto, sino a lo que está implícito en el texto y que Cervantes no destaca porque le parece obvio, pero que actualmente no lo es. Si realmente el objetivo fuera promocionar el libro, las campañas publicitarias tendría como objeto el texto, la sociedad de la época y, por supuesto, sus gustos.

Estíbaliz Azaceta, 5D

Para mi, don Quijote es un personaje que todos llevamos dentro, pero que nadie le hace caso. A todos nos gustaría ver, a veces, cosas que en la realidad no son verdad. Cada uno de nosotros llevamos nuestra locura dentro; lo único que nos diferencia de don Quijote es que nosotros no sacamos las ficciones al exterior.

Diana Alonso, 5D

Yo personalmente no he disfrutado con la lectura de este libro ya que, a parte de estar obligada, no era un buen momento porque teníamos más cosas que hacer.
Es verdad que, por otra parte, me da pena de que algo que te pueda resultar interesante a tanta gente y que haya tenido tanta influencia no me llame la atención o, por lo menos, de momento.

Leire Iriondo, 5D

Al principio se hace pesado abrir y pensar que tienes que leer ese libraco, pero luego, a medidad que te adentras en la vida y desventuras de don Quijote, se hace más ameno e incluso llegas a coger cariño a las figuras del hidalgo y de su lacayo Sancho.

Nuria Marta, 5D


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viernes, mayo 20, 2005

Premios Santillana 2005




"[..] y si es que son de justa literaria, procure vuestra merced llevar el segundo premio"

"[..] y si es que son de justa literaria, procure vuestra merced llevar el segundo premio, que el primero siempre se le lleva el favor o la gran calidad de la persona, el segundo se le lleva la mera justicia, y el tercero viene a ser segundo, y el primero, a esta cuenta, será el tercero, al modo de las licencias que se dan en las universidades; pero, con todo esto, gran personaje es el nombre de primero. "

II, 18

Estas palabras de El Quijote nos sirven como preámbulo para hacer mención del premio que hemos recibido por la experiencia en la celebración de la lectura del texto de M. de Cervantes. El autor enredaba entre sus personajes; nosotros solo queremos robarle un poco de ironía para hablar de premios y de consursos.

Como es sabido, el Concurso de Experiencias Escolares de la editorial Santillana fue creado en 1978. A lo largo de su existencia, el Concurso ha promovido la participación de profesores de todos los niveles educativos y ha alentado el desarrollo de experiencias innovadoras en torno a temas como "Como conocer un monumento", "Leer un libro", "Educar para el consumo", o "España en Europa", entre otros.

En este año no podía ser menos que la Editorial Santillana, consciente de la relevancia del IV Centenario del Quijote (1605-2005) y su importancia para la formación de lectores, haya dedicado el XXVII Concurso de Experiencias Educativas a premiar trabajos que tengan como referente el texto de M. de Cervantes.

En la sede de la Editorial, en Torrelaguna, 60, el día 17, martes, hemos podido compartir con otros compañeros la satisfacción del reconocimiento recibido. José Manuel Blecua, Emiliano Fernández, Jesús Polanco, acompañados por los miembros del Jurado, dieron relevancia al acto. Tras las palabras elogiosas, nos acercamos a recoger la placa que reconoce nuestro esfuerzo. Acompañaba la tarde apacible; los profesores invitados participan alborozados en la fiesta.

Con toda seguridad los premiados esperamos la publicación de nuestras experiencias para tener entera noticia del fruto de nuestros desvelos. Mientras tanto, detallamos en estas líneas la relación de los premiados:


PREMIOS SANTILLANA 2005 XXVII Concurso de Experiencias Educativas
Don Quijote de La Mancha


EDUCACIÓN INFANTIL
Las aventuras de Don Quijote en el 2º ciclo de Educación Infantil.
D.ª Mª Teresa del Busto García, D.ª Rocío García Sáez, D.ª Mª Encarnación Ibáñez Sacristán, D.ª Carmen Martínez Garrido, D.ª María Martínez Ruiz, D.ª Susana Soriano Aritio y D.ª Mª Isabel Tejedor Olarte, de Escuelas Pías de Logroño.

EDUCACIÓN PRIMARIA
Don Quijote de la Mancha.
D.ª Marisa Clemente Moros, D.ª Gloria Egea García, D.ª Arancha Galve Galve,
D.ª Concha Mir Lombart, D.ª Amparo Polo Sánchez y D.ª Pilar Recio Juste, del CP Juan Ramón Alegre de Andorra (Teruel).

EDUCACIÓN SECUNDARIA OBLIGATORIA
Don Quijote en el Valle de Leiva.
D. José Calero Heras, D.ª Rosa María Codina Cifuentes, D.ª Mª Isabel García Costa, D.ª Josefa Hernández Vigueras, D.ª Ana Martínez Vera, D. José María Rocamora Navarro, D.ª Trinidad Romero Herrera y D.ª Isabel Pastor González, del IES Valle de Leiva de Alhama de Murcia (Murcia).

BACHILLERATO
Referencias científicas y tecnológicas en el Quijote.
D. Raúl Alía Alía, D. Fernando Ignacio de Prada Pérez de Azpeitia y D. Luis Miguel Muñoz Merchante, del IES Las Lagunas de Rivas-Vaciamadrid (Madrid).

FORMACIÓN PROFESIONAL
La maravillosa historia de Don Quijote de la Mancha.
D.ª Luisa Barchino Álvarez, D. Francisco Javier Campo Angora, D. Jesús Cano Rodríguez y D. Víctor Mena Octavio, del IES Torreón del Alcázar de Ciudad Real.

EDUCACIÓN ESPECIAL Y PREMIO ESPECIAL 2005
Las aventuras de D. Quijote y Sancho Panza.
D.ª Gema Bellido Sánchez, D.ª Arancha Conde Almalé, D. Joaquín Gracia Félez,
D.ª Ana Cristina Lahoz Peralta, D. Alfonso Lázaro Lázaro, D.ª Antonia López Díaz, D.ª Peña Martínez Rubio, D.ª Dolores Oriol Vallés, D. José María Peguero Serrano, D.ª Mª Cruz Ramos Martín, D.ª Belén Sagrado Arroyo y D.ª Margarita Santos Blasco, del CP de Educación Especial Gloria Fuertes de Andorra (Teruel).

EDUCACIÓN DE ADULTOS
El placer de leer o de cómo podemos aproximarnos a D. Quijote de la Mancha.
D. Joan Fernández Cursach y D.ª Mª Luisa Soriano Jover, de E.F.P.A. Mercé Rodoreda de Elx (Alicante).

MEMORIA DEL PROFESORADO
El libro cercano. Formas de persuasión para la lectura del Quijote.
D. Francisco Javier Álvarez Izquierdo y D.ª Inmaculada Herranz Cid de Rivera, del IES Gonzalo Torrente Ballester de Miajadas (Cáceres).

MENCIONES HONORÍFICAS

Aproximación al Quijote y su entorno.
D. José Javier Latasa, del CP Los Sauces de Barañáin (Navarra).

Celebración de la lectura de El Quijote.
D. José María Garaio Urruela, de Centro Diocesanas, Arriaga de Vitoria, Gasteiz (Álava).

Buscando a Don Quijote por el instituto.
D.ª Mª Dolores Rodríguez Doblas y D. José Antonio Romero Navarro, del IES Padre Luis Coloma de Jerez de la Frontera (Cádiz).

Desde Barataria, nuestra felicitación y nuestro deseo de que la celebración de El Quijote sea permanente y su lectura escuela de buenos ciudadanos lectores.

Quisiéramos añadir un homenaje a los profesores responsables de bibliotecas escolares, a los bibliotecarios escolares: su dedicación -por encima de toda falta de reconocimiento, incluso-, a la labor de hacer un espacio posible en donde aprender y disfrutar con la lectura es del todo encomiosa. Quisiéramos que una parte de la satisfacción recibida también fuera suya.

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jueves, mayo 12, 2005

Compromiso mercantilizado



Sabed que mi oficio no es otro sino valer a los que poco pueden y vengar a los que reciben tuertos y castigar alevosías. (I, 17)


"[...] Hechas, pues, estas prevenciones, no quiso aguardar más tiempo a poner en efeto su pensamiento, apretándole a ello la falta que él pensaba que hacía en el mundo su tardanza, según eran los agravios que pensaba deshacer, tuertos que enderezar, sinrazones que emendar y abusos que mejorar y deudas que satisfacer."

I, 2

Tenemos a don Quijote recién armado caballero en la posada que él embelleció de castillo. Le falta tiempo para cumplir su alta misión. Esta situación se nos antoja muy próxima a la actitud vital de nuestros escolares (adolescentes, llenos de ideales). Quizá la lectura de El Quijote les empuje a tomar el necesario protagonismo para transformar su mundo.

El problema suele estar en la elección correcta de las empresas en las que se pueden comprometer; en su entorno, hay demasiadas urgencias artificialmente provocadas, excesivos estímulos que les sitúan bajo la mirada de la bestia. De nuevo la lectura de El Quijote puede ayudar a nuestros escolares a marcar prioridades: ante las solicitudes engañosas y las inercias interesadas de la sociedad de consumo, valores propios. Precisamente, en la adolescencia, cuando están construyendo su personalidad. ¡Qué difícil tiene que ser tener un criterio propio asentado incluso frente a las señas de identidad del grupo en el que se socializan!

Por todo ello, hemos elegido el contenido de la foto: compromiso mercantilizado. La propuesta de las pulseras ha adquirido tanto seguidismo que ya tenemos ediciones piratas; de nuevo, la sociedad de consumo integra en sus circuitos comerciales la protesta, el compromiso: lo auténtico se convierte en mercancía, y la mercancía auténtica en versión pirata.

Tal como podemos observar en al foto, tenemos propuestas para engancharnos: la amarilla, Livestrong, en contra del cáncer; la verde, DREAM; Stan up / Speak up, la blanca y negra, contra el racismo; contra la violencia entre iguales, Beat Bullying ONELife, la azul. Incluso, la roja, Madrid 2012, a favor del voluntariado olímpico. Todo convenientemente en inglés; todo convenientemente globalizado. Vista la dimensión de negocio hasta le editorial/distribuidora de cromos Panini ha sacado su correspondiente colección de pulseras.

Ante ello, el personaje don Quijote nos plantea un compromiso más auténtico, un compromiso que requiere mayor implicación personal, que no se agosta en una decisión de compra y en un uso de bandera de la mercancía. Bien sabemos, ahora que lo presentamos como un valor firme, que el texto es una parodia y que, ante el acto compulsivo de la compra, pensar que hay otras decisiones posibles es adoptar una actitud quijotesca. Precisamente, por eso mismo. Preferimos el compromiso arcaizado de don Quijote:

"[...] pero yo, inclinado de mi estrella, voy por la angosta senda de la caballería andante, por cuyo ejercicio desprecio la hacienda, pero no la honra. Yo he satisfecho agravios, enderezado tuertos, castigado insolencias, vencido gigantes y atropellado vestiglos;"

II, 32

"[...] Y quiero que sepa vuestra reverencia que yo soy un caballero de la Mancha llamado don Quijote, y es mi oficio y ejercicio andar por el mundo enderezando tuertos y desfaciendo agravios."

I, 19

Más allá de la intención cómica, o posiblemente apoyándonos en ella como gusta a nuestros escolares, la lectura de El Quijote les transmite los valores del protagonismo a favor de un mundo mejor, y la necesidad de la autenticidad y del compromiso.

Los fragmentos que recogemos a continuación son reflejos deformados de la realidad que M. de Cervantes nos sirve del ideal caballeresco a través de los personajes Bachiller Sansón Carrasco, el barbero o Sancho Panza:

"[...] y persuadiese a este caballero que no tenga más tiempo encogida y detenida la fuerza de su valeroso brazo y la bondad de su ánimo valentísimo, porque defrauda con su tardanza el derecho de los tuertos, el amparo de los huérfanos, la honra de las doncellas, el favor de las viudas y el arrimo de las casadas, y otras cosas deste jaez, que tocan, atañen, dependen y son anejas a la orden de la caballería andante. Ea, señor don Quijote mío, hermoso y bravo, antes hoy que mañana se ponga vuestra merced y su grandeza en camino;"

II, 7

"[...] -¿Quién ha de ser -respondió el barbero- sino el famoso don Quijote de la Mancha, desfacedor de agravios, enderezador de tuertos, el amparo de las doncellas, el asombro de los gigantes y el vencedor de las batallas?"

I, 52


"[...] -Y bien, ¿y de parte de quién la vais a buscar?
-De parte del famoso caballero don Quijote de la Mancha, que desface los tuertos y da de comer al que ha sed y de beber al que ha hambre."

II, 10

Riámonos en la intención de M. de Cervantes. Meditemos después. Quedémonos con la visión del héroe.

Quijotes somos cada vez que en esta vorágine de sociedad, sobreestimulada por la urgencia del consumo, pretendemos poner cordura. Podrán acusarnos de quijotes, pero no seremos precisamente nosotros los que tengamos duro el cerebro y la sesera hueca.


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miércoles, mayo 11, 2005

Hagamos tirteafuera



Tirteafuera, ¡porque vea vuesa merced qué nombre para no temer que he de morir a sus manos!

¿Por qué este nombre de usuario? ¿Qué oculta el seudónimo? Más de un usuario de la Biblioteca Escolar ha dibujado un acento circunflejo en su cara al oirlo: "“Tirte... ¿qué”?" Que nos perdonen los naturales de un lugar llamado Tirteafuera, que está entre Caracuel y Almodóvar del Campo, a la mano derecha. No tenemos ninguna intención de burla; tan solo queríamos continuar el juego de los nombres de nuestro autor, M. de Cervantes: Pedro Recio Agüero de Tirteafuera es el magnífico contrapunto para sacer todo el brillo al personaje Sancho Panza… En la Ínsula Barataria, el personaje de Sancho Panza es más cervantino que nunca: consciente de sus limitaciones, pero muy preciado de sí mismo, se nos manifiesta inteligente, sobre todo, vivo, vividor.

Gracias al personaje Pedro Recio, la ínsula es un espacio para la inteligencia, para cumplir la responsabilidad que uno asume, para el desengaño.

Por todo ello, preguntábamos a los escolares por qué este nombre de Tirteafuera. Buscábamos un sentido a un decisión que en su día dimos sin reflexionar mucho. Igor Vea-Murguía, después de trastear un poco en internet, nos entregó estas líneas:

" Cuando Sancho era gobernador de la ínsula de Barataria (Capítulo XLVII, 2ª Parte), conoció a un doctor llamado Pedro Recio de Agüero, natural de Tirteafuera, que estaba entre Caracuel y Almodóvar del Campo y había estudiado en la universidad de Osuna.
Sancho que odiaba a los médicos, porque no le dejaban comer lo que quisiera, debido a su salud le dijo que se quitara inmediatamente de su vista, o que le daría un garrotazo, y que así no quedaría un médico en la ínsula. Pedro, al ver que Sancho el gobernador estaba colérico, quiso hacer tirteafuera (retirarse) de la sala. Después fue un labrador a ver a Sancho, primero preguntó quién era el gobernador y, al enterarse de que era Sancho, le intentó besar la mano, pero Sancho se negó. El labrador dijo que era natural de Miguel Turra, que estaba a dos leguas de Ciudad Real, y Sancho le respondió: “¡Otro Tirteafuera tenemos!".


No quisiéramos, no, recibir el garrotazo de Sancho Panza y nos gustaría, por el contrario, que nos considerara entre los médicos sabios, prudentes y discretos y nos honrara como a personas divinas; por ser verdugos de la república, antes de estrellarnos la silla en la que está sentado, convendría que Sancho meditara las palabras que M. de Cervantes ha puesto en la boca del mayordomo:

" [...] - Dice tanto vuesa merced, señor gobernador -dijo el mayordomo-, que estoy admirado de ver que un hombre tan sin letras como vuesa merced, que, a lo que creo, no tiene ninguna, diga tales y tantas cosas llenas de sentencias y de avisos, tan fuera de todo aquello que del ingenio de vuesa merced esperaban los que nos enviaron y los que aquí venimos. Cada día se veen cosas nuevas en el mundo: las burlas se vuelven en veras y los burladores se hallan burlados."

II, 49

El gran Sancho es el personaje que con su inteligencia práctica transforma la realidad de los demás. ¡Qué quijote es Sancho que en el proceso de transfiguración de la realidad no hay encantadores! Y, por ello, las burlas se vuelven veras y los burladores se hallan burlados.

En el personaje de Sancho Panza disfrutamos de la inteligencia de M. de Cervantes; encontremos la visión clara, cuando escampa la tormenta, aquella que después de muchos avatares nos conduce al desengaño:

" [...] Calló, y, sin decir otra cosa, comenzó a vestirse, todo sepultado en silencio, y todos le miraban y esperaban en qué había de parar la priesa con que se vestía. Vistióse, en fin, y poco a poco, porque estaba molido y no podía ir mucho a mucho, se fue a la caballeriza, siguiéndole todos los que allí se hallaban, y, llegándose al rucio, le abrazó y le dio un beso de paz en la frente, y, no sin lágrimas en los ojos, le dijo:
- Venid vos acá, compañero mío y amigo mío, y conllevador de mis trabajos y miserias: cuando yo me avenía con vos y no tenía otros pensamientos que los que me daban los cuidados de remendar vuestros aparejos y de sustentar vuestro corpezuelo, dichosas eran mis horas, mis días y mis años; pero, después que os dejé y me subí sobre las torres de la ambición y de la soberbia, se me han entrado por el alma adentro mil miserias, mil trabajos y cuatro mil desasosi[e]gos."

II, 53

Acompañemos a Sancho en el camino que le lleva a su amo y hagamos tirteafuera ya que Cide Hamete Benengeli no quiso, o no pudo de tristeza, o no supo transmitirnos sus pensamientos.


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viernes, mayo 06, 2005

Todo era paz entonces, todo amistad, todo concordia.



Propuesta de un ensayo sobre Utopía


Leer es escribir. Vamos a proponer a los usuarios de la Biblioteca Escolar que redacten un ensayo sobre lo que para ellos sería un mundo ideal. Para ello, Miguel de Cervantes por medio del Discurso de la Edad Dorada nos puede señalar el camino.

¿Qué nos atrae en el texto de M. de Cervantes? Quizá, la parodia que dibuja, como una mueca, el largo trecho que hay desde la apariencia a la verdad de las cosas; tal vez, el desengaño de quien defendió el valor de la virtud, y la experiencia le ha dejado el resquemor de que todo pudo ser más bello; es posible que nos atraiga la ironía de la persona derrotada que no vencida.

La presencia de don Quijote en el texto, "“yo nací por querer del cielo en esta nuestra edad de hierro para resucitar en ella la dorada"”, activa la necesidad de la utopía. La Edad de Oro queda apresada en una visión nostálgica del pasado; el potencial transformador de su formulación se agota en la exaltación de tiempos pretéritos. Si nuestrro amigo Cervantes proyectara a futuro sus pensamientos: “* "Dichosa edad y dichosos siglos aquellos a quienes los venideros pondrán nombre de dorados, porque los que entonces en ella vivan ignorarán estas dos palabras de tuyo y mío"”, el texto de principios del XVII se nos antojaría revolucionario. De todas formas, este texto sigue urgiendo la necesidad de la utopía: tan solo la presencia de don Quijote es un elemento transfigurador de la realidad y, también, transformador de la percepción de la realidad. Desde el texto, el personaje don Quijote nos recuerda que hay muchos entuertos que desfacer hoy cada día.


" [...] Después que don Quijote hubo bien satisfecho su estómago, tomó un puño de bellotas en la mano, y, mirándolas atentamente, soltó la voz a semejantes razones:
- Dichosa edad y siglos dichosos aquéllos a quien los antiguos pusieron nombre de dorados, y no porque en ellos el oro, que en esta nuestra edad de hierro tanto se estima, se alcanzase en aquella venturosa sin fatiga alguna, sino porque entonces los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío. Eran en aquella santa edad todas las cosas comunes; a nadie le era necesario, para alcanzar su ordinario sustento, tomar otro trabajo que alzar la mano y alcanzarle de las robustas encinas, que liberalmente les estaban convidando con su dulce y sazonado fruto. Las claras fuentes y corrientes ríos, en magnífica abundancia, sabrosas y transparentes aguas les ofrecían. En las quiebras de las peñas y en lo hueco de los árboles formaban su república las solícitas y discretas abejas, ofreciendo a cualquiera mano, sin interés alguno, la fértil cosecha de su dulcísimo trabajo. Los valientes alcornoques despedían de sí, sin otro artificio que el de su cortesía, sus anchas y livianas cortezas, con que se comenzaron a cubrir las casas, sobre rústicas estacas sustentadas, no más que para defensa de las inclemencias del cielo. Todo era paz entonces, todo amistad, todo concordia; aún no se había atrevido la pesada reja del corvo arado a abrir ni visitar las entrañas piadosas de nuestra primera madre, que ella, sin ser forzada, ofrecía, por todas las partes de su fértil y espacioso seno, lo que pudiese hartar, sustentar y deleitar a los hijos que entonces la poseían. Entonces sí que andaban las simples y hermosas zagalejas de valle en valle y de otero en otero, en trenza y en cabello, sin más vestidos de aquellos que eran menester para cubrir honestamente lo que la honestidad quiere y ha querido siempre que se cubra; y no eran sus adornos de los que ahora se usan, a quien la púrpura de Tiro y la por tantos modos martirizada seda encarecen, sino de algunas hojas verdes de lampazos y yedra entretejidas, con lo que quizá iban tan pomposas y compuestas como van agora nuestras cortesanas con las raras y peregrinas invenciones que la curiosidad ociosa les ha mostrado. Entonces se decoraban los concetos amorosos del alma simple y sencillamente, del mesmo modo y manera que ella los concebía, sin buscar artificioso rodeo de palabras para encarecerlos. No había la fraude, el engaño ni la malicia mezcládose con la verdad y llaneza. La justicia se estaba en sus proprios términos, sin que la osasen turbar ni ofender los del favor y los del interese, que tanto ahora la menoscaban, turban y persiguen. La ley del encaje aún no se había sentado en el entendimiento del juez, porque entonces no había qué juzgar, ni quién fuese juzgado. Las doncellas y la honestidad andaban, como tengo dicho, por dondequiera, sola y señora, sin temor que la ajena desenvoltura y lascivo intento le menoscabasen, y su perdición nacía de su gusto y propria voluntad. Y agora, en estos nuestros detestables siglos, no está segura ninguna, aunque la oculte y cierre otro nuevo laberinto como el de Creta; porque allí, por los resquicios o por el aire, con el celo de la maldita solicitud, se les entra la amorosa pestilencia y les hace dar con todo su recogimiento al traste. Para cuya seguridad, andando más los tiempos y creciendo más la malicia, se instituyó la orden de los caballeros andantes, para defender las doncellas, amparar las viudas y socorrer a los huérfanos y a los menesterosos. Desta orden soy yo, hermanos cabreros, a quien agradezco el gasaje y buen acogimiento que hacéis a mí y a mi escudero; que, aunque por ley natural están todos los que viven obligados a favorecer a los caballeros andantes, todavía, por saber que sin saber vosotros esta obligación me acogistes y regalastes, es razón que, con la voluntad a mí posible, os agradezca la vuestra."

I, 11


" [...] -Has de saber, ¡oh Sancho amigo!, que yo nací por querer del cielo en esta nuestra edad de hierro para resucitar en ella la dorada, o de oro. Yo soy aquel para quien están guardados los peligros, las hazañas grandes, los valerosos fechos..."

I, 20

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jueves, mayo 05, 2005

[...] de cuyo nombre no quiero acordarme, ...




Debate


Hemos querido proponer un debate a nuestros alumnos: ¿Cuál es la población de La Mancha de cuyo nombre no quiere acordarse?

El tema ha sido conscientemente elegido; afecta de una forma periférica al texto de M. de Cervantes, pero es muy significativo con respecto al tratamiento de la celebración del IV Centenario: ¿una persona? ¿un texto? ¿un personaje? ¿una excusa? ¿...? Detrás de estas reflexiones hay una preocupación ¿Se puede celebrar este centenario sin leer El Quijote? ¿Es legítimo utilizar el nombre de M. de Cervantes en vano?

No sabemos si lo vamos a conseguir, pero nuestra intención es propiciar, aprovechando los fastos del IV Centenario, una reflexión sobre la autenticidad, la congruencia y la credibilidad de tantas propuestas que, según muestra manera de entender, en más de una ocasión anulan el objetivo que dicen perseguir.

Por ello, hemos pedido a los usuarios que busquen información, primero, en el texto de M. de Cervantes y, después, en internet. De todas formas, nosotros les hemos facilitado algunas referencias:

"[...] En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor."

I, 1

"[...] Este fin tuvo el Ingenioso Hidalgo de la Mancha, cuyo lugar no quiso poner Cide Hamete puntualmente, por dejar que todas las villas y lugares de la Mancha contendiesen entre sí por ahijársele y tenérsele por suyo, como contendieron las siete ciudades de Grecia por Homero."

II, 74

Entre las consultas a internet hemos entresacado algunas para que los usuarios puedan tener varias opciones, puedan contrastar datos y definir su propio posicionamiento frente al tema de debate. Por supuesto, estas referencias han de ser completadas con consultas propias.

"[...] Ya vendrán nuevas investigaciones que echarán por tierra o confirmarán las investigaciones de los catedráticos. Lo bonito del Quijote es que ningún pueblo de La Mancha podrá adueñarse de D. Quijote como suyo. Algo que se ha avanzado en nuestro D. Quijote es, por fin, rescatar la importancia del Campo de Montiel en la obra; algo que ha tardado mucho tiempo en ratificar, precisamente el tiempo que ha pasado la obra sin ser leida."

Véase

"[...] El lugar de procedencia de don Quijote, del que Cervantes dice no querer acordarse, es uno de los misterios de la novela. Muchos pueblos actuales luchan por ser reconocidos como tal lugar: Argamasilla de Alba, Argamasilla de Calatrava, Esquivias, Mota del Cuervo, La Puebla de Almoradiel e, incluso, en estos últimos tiempos se pretende demostrar que tal lugar no fue otro que Villanueva de los Infantes."

Véase

"[...] Y en la estampida por el trasiego, del diverso ganado trashumante correteando la vieja España […] ocurre lo irremediable con respecto a la novela inmortal y universal del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha y a su autor: don Miguel de Cervantes; que no es otra cosa que cada uno arrima el ascua a su sardina y que a la sombra del IV Centenario, un enjambre de huelechotos, bacines y enterados, manejan las pingües subvenciones, llevando al Caballero de la Triste Figura, por donde el ingenio de Cervantes ni borracho, jamás lo hubiera puesto ni de cerca, o bien nombran “Lugar Cervantino” el pueblo del amiguete de turno, alcalde por más señas, a quien corresponde premiar su voto de obediencia al partido político de sus dirigentes, [..]"

Véase

Para más opiniones, consúltese:
http://www.elquijote.com/foThread.php/id/8271/of/6

Argamasilla de Alba

"[...] El espíritu de Quijote y Sancho viven en cada rincón de este pueblo como se puede comprobar sobre todo a través de la gran tradición cervantina que se viene pasando generación a generación a lo largo de los siglos”,"

Véase

"[...] Y es que en Argamasilla de Alba esta la casa Medrano, en cuyo subsuelo -la cueva Medrano- estuvo preso Miguel de Cervantes. Y donde pudo empezar a escribir el Quijote, según la tradición.
Dícese que la prisión se debió a negociados “de faldas”, al parecer con doña Magdalena de Pacheco, hermana de Don Rodrigo de Pacheco, a quien algunos autores consideran modelo que inspiró a Cervantes para crear el Quijote."

Véase


Argamasilla de Calatrava

"[...] Conviene reseñar aquí que la mayor parte de los estudiosos de Cervantes aceptan que la Argamasilla patria de los académicos que aparecen al final de la primera parte del Quijote es este pueblo y no Argamasilla de Alba como se vino creyendo durante el siglo XIX Esta afirmación se hace en base a los siguientes criterios:
1º) Cervantes viaja frecuentemente desde Madrid a Sevilla por el camino real que va por Toledo, Ciudad Real y Fuencaliente a Córdoba y Sevilla. Conoce bien nuestra región, en sus libros cita a Caracuel, Almodovar, Tirteafuera y Argamasilla, así, sin más, sin ningún apellido.
2º) Se sabe que hasta finales del siglo XVII este pueblo se llama Argamasilla simplemente. Así consta en las relaciones de los pueblos de España mandadas hacer por Felipe II donde en la contestación a la primera pregunta se dice que el pueblo se llama Argamasilla y es un pueblo muy antiguo, sin que haya memoria de quien lo fundó. Era, pues, el único pueblo que se llamaba Argamasilla en aquella época; los vecinos de Argamasilla de Alba responden a esa misma pregunta diciendo que el pueblo se llama Argamasilla de Alba (así, con apellido) y que es de muy reciente creación. Queda claro que el único pueblo llamado Argamasilla en la época de Cervantes es este pueblo.
Si esto es así como se ha expuesto debemos aceptar también que la Argamasilla patria de D. Quijote en el libro de Avellaneda (el Quijote apócrifo) es también este pueblo."

Véase


Esquivias

"[...] En términos documentales, la última hipótesis es la que resulta más probable. Las razones son diversas. En primer lugar, de todos los lugares de La Mancha éste fue el que mejor conoció Cervantes. Allí residió en diversas ocasiones, incluso llegó a ser padrino de un bautizo. Por otro lado, de allí eran su esposa y su familia. En segundo lugar, los versos del poeta Caprichoso situados al final de la Primera Parte indican que la población de don Quijote se encuentran en la Alta Mancha, lo que encaja precisamente con Esquivias. En tercer lugar, las descripciones geográficas contenidas en la novela sólo pueden referirse a Esquivias. En II, 50 se nos dice, por ejemplo, que antes de entrar en la aldea de Sancho, procedente de Aragón, "vio en un arroyo estar lavando cantidad de mujeres". Lo cierto es que el único pueblo de La Mancha con un arroyo a la entrada en que se podía dar viniendo de Aragón era Esquivias.

En Esquivias perduraría durante algún tiempo la tradición de que don Quijote había sido un hidalgo del lugar, y más concretamente Alonso Quijada de Salazar. Éste nació en 1560 y falleció en 1604. Hijo de Gabriel Quijada de Salazar el Viejo, tuvo no menos de quince hijos, y, desde luego, no encaja con el personaje de don Quijote en su amor por los libros. Más se parece a la figura del hidalgo -y en él se inspiró Cervantes- otro Alonso Quijada que fue hijo tercero de Juan Quijada y de María Salazar y al que ya hemos hecho referencia antes.

Este Alonso Quijada fue contemporáneo de un cura llamado Pero Pérez, como el del Quijote, y un gran aficionado a los libros de caballerías. Otros datos de su vida son que vivió a finales del s. XV e inicios del XVI, que fue sobrino del bisabuelo de la esposa de Cervantes y que acabó siendo fraile de la Orden de San Agustín.

Pero no sólo el modelo del Quijote -tocayo, por más señas- vivía en Esquivias, también aparecen otros personajes de la novela en los archivos parroquiales. Así, en II, 54 se nos habla del morisco Ricote. Pues bien, en el registro parroquial se hace referencia a un Bernardino Ricote (1578) y a un Diego Ricote (1580). Abundan asimismo los Carrascos (1582), los Quiñones (1596), los Álamos (1604) y los Alonsos (1584)."

Véase


Villanueva de los Infantes

"[...] El lugar de La Mancha donde Cervantes puso a vivir a Don Quijote, hace casi 400 años, en su obra más famosa, no fue otro que Villanueva de los Infantes, en Ciudad Real
Según sostiene un equipo científico de la Universidad Complutense, que lo que desea ahora es que alguien se moleste en intentar desmontar sus tesis
A lo largo de más de dos años, este grupo de expertos -diez- en Geografía, Historia, Filología, Sociología, Matemáticas y Ciencias de la Información, ha trabajado intensamente, coordinado y dirigido por Francisco Parra Luna, catedrático de Sociología, por Santiago Petschen, de Relaciones Internacionales, y Manuel Fernández Nieto, de Literatura española, buscando respuesta al acertijo que Cervantes pareció formular en "El Quijote".
Después de cuatro siglos durante los que ha resultado imposible localizarlo, y aplicando por vez primera una metodología científica y un estudio exhaustivo de las distintas posibilidades, este equipo multidisciplinar ha fijado la mítica localidad manchega en Villanueva de los Infantes, no sin sorpresa suya, pues esperaban "una más pequeña y más cercana al Toboso".
"Personalmente, estoy bastante convencido que nuestra solución es cuasi definitiva, pero por escrito sólo hablamos de hipótesis más probable, pues está para ser medida y calculada de nuevo. Queremos que se compruebe", señalaba hoy Francisco Parra Luna, que hizo una pormenorizada exposición de los pasos seguidos en el trabajo."

Véase (También)

Una opinión crítica sobre esta propuesta:

"[...] Las ridículas lacras y desafueros cervantoides de épocas pasadas reaparecen, ahora revestidos de pompa universitaria y científica :
A lo largo de más de dos años, este grupo de diez expertos en Geografía, Historia, Filología, Sociología, Matemáticas y Ciencias de la Información, ha trabajado intensamente buscando respuesta al acertijo que Cervantes pareció formular en 'El Quijote'. [...] El lugar de la Mancha donde Cervantes puso a vivir a Don Quijote, hace casi 400 años, en su obra más famosa, no fue otro que Villanueva de los Infantes, en Ciudad Real, sostiene un equipo científico de la Universidad Complutense, que lo que desea ahora es que alguien se moleste en intentar desmontar sus tesis.
[...] Veintisiete pueblos reales que debían encontrarse, como lo exige el texto cervantino, en el Campo de Montiel, fueron estudiados y confrontados a 24 variables, siguiendo hasta once hipótesis de trabajo y valorando cuestiones que llegan hasta la velocidad a la que Don Quijote y Sancho marchaban a lomos de Rocinante y del rucio, que venían a ser, afirma el estudio, 31 kilómetros en días de verano y 22 en días de invierno.
Con los resultados que se fueron obteniendo, y siempre aplicando la teoría de sistemas emergentes, se ensayaron siete soluciones diferentes -la topológica, la probabilista, la sociológica, etc.- que atendían en su enfoque a distintos criterios: sólo una falló y seis apuntaron a Villanueva de los Infantes."

http://jamillan.com/cervantis.htm
( Véase también )


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martes, mayo 03, 2005

Compartir libros, compartir sabiduría



De loco a héroe. 400 años del Quijote
Exposición


La Biblioteca Británica de Londres posee una de las colecciones más importantes del mundo en lo que se refiere a la obra cervantina; el impacto de El Quijote en Inglaterra fue mayor que en cualquier otra parte de Europa y la traducción de la primera parte al inglés se imprimió en Londres, en 1612. Esta exposición consta de libros, documentos, partituras musicales, ilustraciones y paneles, y va complementada, durante el periodo de exhibición, por mesas redondas, conciertos y conferencias.

Del miércoles, 6 de abril de 2005 al domingo, 19 de junio de 2005
British Library (Londres)
96 Euston Road (metro, Euston o King's Cross)
Londres (REINO UNIDO)

Ficha técnica:

Obra: 30 ediciones del Quijote de la Mancha y otras obras influidas por esta obra de Miguel de Cervantes y otros autores.

Libros de distintos formatos, procedentes todos de Biblioteca Británica de Londres, en series cronológicas desde el siglo XVI al siglo XXI.

Entidades colaboradoras: Biblioteca Británica (Londres) / The British Library (Londres)


Teníamos conocimiento de la Exposición a través del servidor de Instituto Cervantes de Londres. Aprovechamos la ocasión para ver la exposición permanente de la British Library: ejemplar de la Biblia de Gutenberg, manuscritos de Leonardo Da Vinci, Williams Shakespeare, etc. A la salida de esta exposición, en la zona próxima a la cafetería, en varios expositores, pudimos disfrutar de la contemplación de varios ejemplares: primera edición de la Primera Parte de 1605, primera edición de la Segunda Parte de 1615, ejemplar con la primera traducción al inglés en 1612,... Así mismo, nos fue posible escuchar versiones musicales y oír fragmentos del texto en inglés.


Todo esto os contamos para precisar el contexto en el que liberamos el ejemplar BCID 978-2742268 el día 30 de abril a las 10:00 horas. Deseamos que este ejemplar tenga larga vida para que, a través de sus peripecias, los usuarios de la Biblioteca puedan asumir la importancia que tiene compartir libros y experiencias, para que, como don Quijote, ellos/nosotros/todos también vayamos desfaciendo entuertos.

La fotografía del interior de la British Library muestra el lugar de la exposición, señalado por medio de amplia pancarta con motivos quijotescos.


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