viernes, abril 01, 2005

¿Derrota o desengaño?


¿Don Quijote ha perdido una batalla o ha perdido la guerra?


Estamos al final de la segunda parte. M. de Cervantes ha luchado toda su vida, derrotado en muchos campos de batalla: como dramaturgo, en 1615, publica Ocho comedias y ocho entremeses nuevos nunca representados, como poeta “por parecer que tengo de poeta / la gracia que no quiso darme el cielo, como candidato denegadas sus solicitudes de trabajo en Indias, privado de pertenecer al séquito del Conde Lemos en su viaje a la añorada Italia, con los sinsabores de comisario de abastos,... Ya tiene 68 años; pero continúa su campaña por demostrar su valía personal, confía tanto en Trabajos de Persiles y Segismunda. Quizá tengamos a M. de Cervantes aquí más que derrotado de nuevo, asediado por el desengaño, cercana la muerte con el pie en el estribo.



[...] Y, volviéndose a Sancho, le dijo:
-Perdóname, amigo, de la ocasión que te he dado de parecer loco como yo, haciéndote caer en el error en que yo he caído, de que hubo y hay caballeros andantes en el mundo.
-¡Ay! -respondió Sancho, llorando-: no se muera vuestra merced, señor mío, sino tome mi consejo y viva muchos años, porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir, sin más ni más, sin que nadie le mate, ni otras manos le acaben que las de la melancolía. Mire no sea perezoso, sino levántese desa cama, y vámonos al campo vestidos de pastores, como tenemos concertado: quizá tras de alguna mata hallaremos a la señora doña Dulcinea desencantada, que no haya más que ver. Si es que se muere de pesar de verse vencido, écheme a mí la culpa, diciendo que por haber yo cinchado mal a Rocinante le derribaron; cuanto más, que vuestra merced habrá visto en sus libros de caballerías ser cosa ordinaria derribarse unos caballeros a otros, y el que es vencido hoy ser vencedor mañana.”

II, 74


Creemos que tuvo que ser doloroso escribir este pasaje. Tenía que certificar la muerte de los ideales del héroe :


[...] “Viendo lo cual el cura, pidió al escribano le diese por testimonio como Alonso Quijano el Bueno, llamado comúnmente don Quijote de la Mancha, había pasado desta presente vida y muerto naturalmente; y que el tal testimonio pedía para quitar la ocasión de algún otro autor que Cide Hamete Benengeli le resucitase falsamente, y hiciese inacabables historias de sus hazañas”

II,74

pero doloroso, sobre todo, porque en su personaje proyectaba su propia forma de sentir la proximidad de la batalla final. Derrotado sí; sin embargo, algo más insoslayable, desengañado del valor de seguir luchando. Posted by Hello

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