martes, octubre 04, 2005

Desencuentro entre lo que es y lo que fluye.


/400 años hemos tenido que esperar para tener una versión rap de El Quijote.¡Leñe!.

Como un acto más dentro de la programación de festejos del IV Centenario se celebró en la noche del 17 de junio lo que quiso ser un encuentro entre El Quijote y el Hip hop o, mejor dicho, un descubrimiento de El Quijote por parte de la cultura hip hop: proyecciones, iluminación, raperos, break dance, djs, graffitis, videojockeys, versión en verso de Enrique del Pino, dirección musical de Fran T, asesoramiento literario de Antonio de Villena, dirección escénica de Dani Pannullo, con la aportación inestimable de La Excepción, Korazón crudo, Zenit, Suso33, Zeta, con bailarines del grupo Dancetheatre Co… Y demás parentela ruegan una plegaria por la memoria de M. de Cervantes.

De aquel magno festejo esta es una crónica lejana; sus prolongados ecos retumban en las ondas de R3. Tirteafuera, cráneo privilegiado, pudo, aunque en diferido, participar de tan preclaro homenajeo. De todo ello queda esta desconsolado crónica:

En un lugar de La Mancha de cuyo nombre recordar no quiero

dio comienzo esta historia del hidalgo

de antigua adarga, flaco rocín y corredor galgo,

convertido en andante caballero;

metales de viejos metales

fueron su armadura,

y un equino, lleno de males,

fue su cabalgadura,

ya no el escudero

compañero de aventura,

y una moza labradora,

el objeto de sus locuras.

Muy duras.

Batallas las que dieron con sus huesos en el suelo

al final de cada duelo,

que le hicieron acabar pidiéndole cuenta al cielo

por derrotas que de peores derrotas fueron consuelo;

desdichas acompañantes

desde que gigante quiso ver en el camino

y no un molino.

puede deshacer agravios

en pro del menesteroso

ser tarea.

y honrar a Dulcinea

del Toboso

su destino …

<…>

aquí les dejo con esta versión rap

del ingenioso don Quijote de la Mancha,

el Caballero de la Triste Figura.

Este es el comienzo del espectáculo Hip Hop Quijote. Tirteafuera, después de escuchar una versión en Radio3, no sabe precisar si lo sustantivo para los que participaron en su realización era la primera parte del título Hip Hop, o la segunda, Quijote. Le llama la atención la frase de uno de sus voceros: “El Hip hop está aquí (entiendase la Biblioteca Nacional); ni tú ni nadie lo vais a destruir”. Sostiene Tirteafuera que esta machacadora autoafirmación adolescente del hip hop nadie la va a combatir; será el tiempo quien quite este pelaje del texto de M. de Cervantes.

Conspicuos comisarios de la cultura oficial programarían este acto cultural quizá como homenaje a El Quijote, quizá como instrumento para facilitar la cohesión cultural entre los que leen y los que consumen música. La epidermis de El Quijote como el punto de encuentro. ¡Qué oportuno IV Centenario! Quizá fue un acto consciente para promocionar la lectura del texto de M. de Cervantes. Tirteafuera se imagina a los espectadores, transidos por el furor urgido por el espectáculo, sentados en corro, mientras leen la historia de Zoraida/Marien, ajenos totalmente a los flahses y a la música de la discoteca.

El encuentro entre don Quijote y el rap –en algún caso contado hay un encuentro entre el texto de El Quijote y los metrificadores- es tangencial: comparten nombres de personajes y, fugazmente, algún tema. Para Tirteafuera no podría ser de otra manera ya que los puntos de partida están muy diferenciados; es el mismo desencuentro que hay entre la lectura y la contemplación, entre el texto y lo audiovisual, entre el libro y el espectáculo, entre lo individual y lo coral, entre lo abierto y lo cerrado, entre lo pausado y lo frenético, entre la cultura y la cultura de masas, entre el esfuerzo consciente y el dejarse llevar, entre lo intemporal y lo efímero.

Así es, pronuncia en alto Tirteafuera mientras se sorprende de hablar solo: la conciencia de estar en Madrid y de ser el año Quijote son prácticamente los únicos elementos que pueden cohesionar un espectáculo concebido para reivindicarse: mascullar versos todavía no se había hecho con El Quijote. Teníamos versiones de El Quijote en palillos, en romance, en latín macarrónico; teníamos un don quijote erótico-pornográfico. Sin embargo, en versión rap, no. Pero ya la tenemos.

A Tirteafuera le brillan los ojillos cuando pasa por su mente esta última constatación: en rap, no; pero ya la tenemos. Han tenido que transcurrir 400 largos y vacíos años para conseguirlo. Y de nuevo recuerda el anuncio de los 4x4 Galloper: son tantos los que lo tienen que ni siquiera es posible ser el primero en llegar al polo sur vestido de primera comunión mientras vas cantando algo de Jordi Dan.

Un día de estos comentara a los escolares lo que está escribiendo aquí y se sentirá un incomprendido, habitante de otra tierra. Sentirá sus miradas burlonas e, incluso, oirá alguna impertinencia imberbe y autosuficiente. De todas formas, de nuevo una vez más, insistirá en que metrificar no es hacer poesía, ni en que ritmar impulsivamente sea un mérito. Y de nuevo, las miradas autosuficientes, descalificadotes, impertinentes.

A lo largo del espectáculo aparecen en cada intervención, a modo de estribillo, frases ritmadas y metrificadas de mayor y, casi siempre, de menor mérito. Tirteafuera ha recogido algunas muestras para solaz de los que seguís la bitácora:

¡Oh, Dulcinea del Toboso! Seguid siendo mi reposo

Que tiempo habré en demasía para poder ponderar.

¿Qué será lo que buscaban? ¡Hazañas!

Y ahí va don Quijote de la Mancha. ¿Con quién? Con su escudero Sancho Panza. ¿En busca de..? Su universo hermoso, Dulcinea del Toboso.

Dígame si tu dolor es mi dolor, no le veo razón de ser.

¿Quién me causa este dolor? Amor.

Y yo, si hace falta, certifico: don Quijote, caminante.

No será difícil, creo, hacerle creer que una labradora es Dulcinea.

En la fábrica de sueños / protagonista de esta historia me presento /… del caballero del que soy huésped/ en los tiempos presentes.

Ya tan solo poseemos y no usamos: es el oro lo que se valora en las gentes/ en los tiempos presentes/ …

Yo cambio la lanza por micrófono/ el libro por graffiti/ Libros y libros escritos con métrica.

Bendita sea esta hora del acomodo en el alma.

Yo soy el profeta loco.

Y así más intentos de homenajear a don Quijote.

Para desarrollar la creatividad de los escolares, les ha propuesto buscar rimas ( de eso se trata ¿no?) que terminen en –OSO, como Toboso, y así experimentar las posibilidades expresivas de la rima, y del ritmo, en los veros ya destacados:

¡Oh, Dulcinea del Toboso! Seguid siendo mi reposo

En general, las muestras recogidas están muy alejadas del texto de El Quijote. Excepto un fragmento del capítulo 27 de la Primera Parte que merece comentario aparte, sostiene Tirteafuera:

"[...] Estando, pues, los dos allí, sosegados y a la sombra, llegó a sus oídos una voz que, sin acompañarla son de algún otro instrumento, dulce y regaladamente sonaba, de que no poco se admiraron, por parecerles que aquél no era lugar donde pudiese haber quien tan bien cantase. Porque, aunque suele decirse que por las selvas y campos se hallan pastores de voces estremadas, más son encarecimientos de poetas que verdades; y más, cuando advirtieron que lo que oían cantar eran versos, no de rústicos ganaderos, sino de discretos cortesanos. Y confirmó esta verdad haber sido los versos que oyeron éstos:

¿Quién menoscaba mis bienes?

Desdenes.

Y ¿quién aumenta mis duelos?

Los celos.

Y ¿quién prueba mi paciencia?

Ausencia.

De ese modo, en mi dolencia

ningún remedio se alcanza,

pues me matan la esperanza

desdenes, celos y ausencia.

¿Quién me causa este dolor?

Amor.

Y ¿quién mi gloria repugna?

Fortuna.

Y ¿quién consiente en mi duelo?

El cielo

De ese modo, yo recelo

morir deste mal estraño,

pues se aumentan en mi daño,

amor, fortuna y el cielo.

¿Quién mejorará mi suerte?

La muerte.

Y el bien de amor, ¿quién le alcanza?

Mudanza.

Y sus males, ¿quién los cura?

Locura.

De ese modo, no es cordura

querer curar la pasión

cuando los remedios son

muerte, mudanza y locura.

La hora, el tiempo, la soledad, la voz y la destreza del que cantaba causó admiración y contento en los dos oyentes, los cuales se estuvieron quedos, esperando si otra alguna cosa oían; pero, viendo que duraba algún tanto el silencio, determinaron de salir a buscar el músico que con tan buena voz cantaba."

I, 27

Tirteafuera pega un grito de sorpresa: M. de Cervantes ya lo había escrito; leer el texto es conjurar, requerir, maquinar la realidad, confabular, fraguar el presente. To-do es-tá en el tex-to, deletrea Tirteafuera. Ante su sorpresa releemos la cita:

"[...] de que no poco se admiraron, por parecerles que aquél no era lugar (noche del rap en la Biblioteca Nacional) donde pudiese haber quien tan bien cantase. Porque, aunque suele decirse que por las selvas y campos se hallan pastores de voces estremadas, más son encarecimientos de poetas que verdades; y más, cuando advirtieron que lo que oían cantar eran versos, no de rústicos ganaderos, sino de discretos cortesanos."

"[...] determinaron de salir a buscar el músico que con tan buena voz cantaba."

Tirteafuera exagera un poco, pero sí siguió escuchando el programa de R3 para encontrar de nuevo la réplica del texto por alguien que conocía El Quijote y sabía interpretarlo. Para el desconsuelo de Tirteafuera, lo que quedaba cada vez se llenaba más de

¡Esas manitas en el aire, Madrid! El Quijote 2005.

¡El Quijote y el Hip hop se unen para crear cultura!

¡Esta ciudad es muy grande!¡Madrid!

La peña de lado a lado.

¡La peña de Madrid está en el aire! ¿Por qué no hacemos un rap de puta madre?

¡Madrid, corazón crudo! ¡Me habéis hecho pasar un rato de puta madre!

Y así hasta rallar.

Agradezcamos a Tirteafuera el esfuerzo que ha hecho por dejar constancia de este desencuentro. Al menos ha intentado retener la estupidez de lo que fluye. Para que no se repita.


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