sábado, octubre 15, 2005

De grabados


/Exposición: "Kixoteren liburu irudiztatuak, XVII-XIX.- Libros Ilustrados del Quijote XVII-XIX'

Tirteafuera quiere presentarnos una exposición que sigue la relación de Álava con M. de Cervantes:

D. Pedro de Isunza, comerciante, que tuvo como empleado suyo a un joven, de nombre Miguel Cervantes Saavedra, cuya misión era recorrer los pueblos de la Mancha y Andalucía para recabar artículos de interés para el comercio, hasta mucho, más tarde, Julián de Apraiz y los hermanos Herrán que juntamente con otros autores de la "Atenas del Norte", a finales del XIX, fundaron la "Academia cervántica española", lugar de reunión y tertulia de gentes cultas que debatían aspectos diversos de las obras de Cervantes. Véase

Por cuyo medio y favor podría ser que nosotros fuésemos desencantados.

Esta línea de gran intensidad en el III Centenario en otras ocasiones ha sido difuminada por la desidia. Tirteafuera echa de menos el entusiasmo finisecular decimonónico y la digna celebración del III Centenario. En efecto, este IV Centenario se nos va diluyendo entre conferencias, exposiciones, recitales musicales sin el empuje de un grupo de ciudadanos que den unidad a esta celebración. Se van haciendo cosas. Sí. Falta hilo conductor que dé sentido a todo ello.

De todas formas, Tirteafuera quiere hacernos participar de la satisfacción y del gozo provocado por la exposición "Kixoteren liburu irudiztatuak, XVII-XIX.- Libros Ilustrados del Quijote XVII-XIX'. En ella podemos encontrar una muestra deslumbrante de la variedad de interpretaciones sobre los personajes de don Quijote y Sancho. Ante tal variedad, el criterio de selección y de ordenación elegido no ha sido el año de edición de los libros sino el viaje de los protagonistas de la novela.. Precisamente, un mapa es el hilo conductor de esta exposición: “Mapa de una porción de España que comprende los parages por donde anduvo don Quixote, y los sitios de sus aventuras, delineado por D. Tomás López, geógrafo de S. M., según observaciones hechas sobre el terreno por D. Joseph de Hermosilla, capitán de Ingenieros”.

Bajo la dirección de Laurentino Aliende, todo ello ha sido recogido y fijado en un magnífico catálogo “Kixoteren Liburu Irudiztatuak, XVII-XIX.m. Vitoria-Gasteizko Elizbarrutiko Apaiztegiren Funtsak.- Libros Ilustrados del Quijote, XVII-XIX. Fondos del Seminario Diocesano de Vitoria-Gasteiz

De los ejemplares del Quijote que atesora la Biblioteca del Seminario Diocesano, han sido seleccionados treinta y siete libros que contienen estampas y que pertenecen a diez ediciones de los siglos XVII al XIX. Estos libros ilustrados constituyen un corpus magnífico que se muestra por primera vez al público en esta exposición.

Libros ilustrados y muchos de ellos de la Ilustración, juguetea Tirteafuera. Para conseguir los fines que los nobles ilustrados se proponen aplican medidas tendentes a modernizar los planes de enseñanza y a dinamizar la producción del libro. Encuentran en la imprenta un instrumento idóneo para la universalización de los fundamentos de su ideología: un nuevo modelo de pensamiento caracterizado por la secularización y por la utilidad de las acciones propuestas. Estas medidas, entre otras consecuencias, provocan la aparición de una época dorada de la imprenta durante cuatro décadas, 1760 - 1800, periodo en el que alcanzaron su plenitud las prensas de Joaquín Ibarra, Antonio de Sancha, Pedro Marín y la Imprenta Real.

Tirteafuera sigue recabando información extraída del magnífica catálogo: reales decretos de los reyes Carlos III y Carlos IV acaban con el monopolio de impresión de los libros; se eliminan las tasas; liberalizan el comercio interior; limitan las responsabilidades de la Inquisición en la censura previa,; eximen a impresores y abridores de punzones de la obligación del servicio militar; impulsan la industria papelera; forman a los artesanos de las artes gráficas: dibujantes, grabadores, impresores,....

Como podéis observar, pacientísimos lectores, Tirteafuera construye caprichosamente itinerarios: su punto de partida suele ser Barataria, en este caso hemos continuado también en M. de Cervantes, Pedro de Isunza, Álava, Julián de Apráiz, Fermín Herrán, Ateneo Vitoriano, III Centenario, IV Centenario, actos programados, exposición, grabados, fondos de la biblioteca del seminario. Esta vez, Tirteafuera quiere recalar aquí, en la historia de sus fondos:

En 1852, Ambrosio de Aguirre, procurando la mejor formación de los seminaristas de las provincias vascongadas, adquiere el palacio de los Escoriaza-Esquibel y crea en él el que se llamaría Seminario Eclesiástico de Aguirre; en 1862 la creación de la diócesis de Vitoria consolida este seminario; en 1878, junto al edificio de la antigua Colegiata, ya elevada a Catedral, se funda el Seminario Conciliar. Es ya en este edificio en el que los primitivos fondos de la biblioteca fueron creciendo progresivamente, mediante compras y donaciones. De entre ellas, hay que reseñar la donación de José María de Álava y Urbina (1816-1872), apasionado bibliófilo y cervantista ya que aporta la mayor parte de lo más valioso de la Biblioteca del Seminario Diocesano: manuscritos, incunables e impresos de los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX, entre los cuales bastantes de los volúmenes del Quijote ilustrado que por primera vez salen al público en esta exposición. En 1930, cambio de ubicación de la biblioteca a un nuevo edificio, el actual Seminario Diocesano; aquella seguirá consolidándose a partir del trabajo de un grupo de profesores formado por Don José Miguel de Barandiarán, Don Manuel de Lekuona, Don Antonio Pildain y Don Leoncio Arabio-Torre que, además de la dimensión pedagógica, realizarán una contribución muy importante en la prehistoria, la etnografía y la lengua vascas. Francisco Juan de Ayala y Ortiz de Urbina (1824-1907) seguirá enriqueciendo los fondos con una rara colección de impresos y opúsculos, conocida hoy como "Fondo Ayala".

Entre las joyas de esta biblioteca: los autógrafos de Rodrigo Caro y de Francisco de Quevedo, y, entre los incunables, el único ejemplar de la obra histórico-geográfica sobre el Asia Mayor del franciscano Grifoen van Vlaanderen; el único ejemplar de las "Vitas Patrum" del Pseudo-Jerónimo; el primer libro ilustrado español, impreso en Sevilla en 1480, el "Fasciculus temporum" del cartujo Werner Rolevinck; y un ejemplar del famoso, por sus magníficas xilografías, "Liber Chronicarum" de Hartmann Schedel (Nuremberg, 1493).

En total, cerca de 250.000 impresos.

Se promete Tirteafuera así mismo volver a la biblioteca del seminario sin prisas un día de estos de otoño antes de que vaya atardeciendo. Solo le queda agradecer a todos los que han participado en esta exposición el esfuerzo realizado: Federico Verástegui Cobián, José Manuel Mantilla, Jesús María González de Zárate, José Eguí López de Sabando, Ángel Ibisate Lozares, Ricardo Ciérbide Martinena, Laurentino Aliende Hoya y Ricardo Garay Osma; y, por supuesto, a las instituciones que lo han hecho posible: en la organización, el Departamento de Cultura, Juventud y Deportes de la Diputación Foral, y como colaboradores: Departamento de Cultura del Gobierno Vasco, Archivo del Territorio Histórico de Álava, Seminario Diocesano e Instituto Cervantes.



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