domingo, noviembre 20, 2005

Barataria en el firmamento de M. de Cervantes

Tirteafuera en un pajar

Por estas fechas Tirteafuera ha querido enredar un poco ¿Qué hay más allá de una cuaderno de bitácora hecho en la biblioteca escolar? Se perciben tenues ecos. Tirteafuera no termina de aceptar que, después de largas sesiones de escritura en cada entrada, siga obteniendo el silencio hosco: Todos los lectores que se acercan a Barataria no pueden estar de acuerdo, se avisa Tirteafuera; no es posible que tantos globos sondas que sostienen ideas peregrinas y polémicas se difuminen en el ciberespacio.

Una angustia levantisca va acongojando la expresión de la cara de Tirteafuera. ¿Hay realidad más allá de Barataria? Tirteafuera duda ¿Existe ese amabilísimo lector para el que escribe Tirteafuera? Tirteafuera teme la respuesta ¿Seré el náufrago entre tanto vaivén de palabras? Tirteafuera tabletea en sus dedos la inquietud ¿En las arenas de la otra orilla hay alguien que extraiga de la botella el mensaje arrojado al mar proceloso? Tirteafuera lo niega. Quiere creer. Su estado de ánimo es el mismo de don Quijote:

"<...>-Marinero soy de amor

y en su piélago profundo

navego sin esperanza

de llegar a puerto alguno.

Siguiendo voy a una estrella

que desde lejos descubro,

más bella y resplandeciente

que cuantas vio Palinuro.

Yo no sé adónde me guía

y, así, navego confuso,

el alma a mirarla atenta,

cuidadosa y con descuido. <...>

¡Oh clara y luciente estrella

en cuya lumbre me apuro!

Al punto que te me encubras,

será de mi muerte el punto."

I, 43

Respetemos su soledad. ¿Qué pueden ser cada una de los entradas de la bitácora sino el búsqueda de sí mismo a través del viaje de M. de Cervantes? Participemos en su duda. ¿Cuántas jornadas serán necesarias para llegar a la lucidez de don Quijote?

Mientras tanto nosotros, alejados de las dudas, la inquietudes y la angustia, hemos abierto sucesivas ventanas de Google para seguir preguntando. Los primeros términos de las primeras preguntas son deliberadamente abarcadores. ¿En el firmamento, en esta fría noche estrellada cuál de las 7.020.000 estrellas es Barataria? En esta gigantesca cúpula de luz hay una tenue estrella de lejano brillo que Tirteafuera reconoce allá cada vez que en la noche observa el vaivén del tiempo. Es la voluntad de ver la que guía la búsqueda de la luz:

"<...> -¿Cómo puedes tú, Sancho -dijo don Quijote-, ver dónde hace esa línea, <...>, si hace la noche tan escura, que no parece en todo el cielo estrella alguna?"

I, 20

A veces, los telescopios pierden su rastro cuando se mira a través de ellos con pocos aumentos. Esto le pasa a Tirteafuera cuando en el cuadro de búsqueda de Google inserta términos como /cervantes/ y /quijote/:

Cervantes 7.020.000, Visibilidad: ¿

Miguel de Cervantes 2.470.000, Visibilidad: ¿

Miguel Cervantes 2.450.000, Visibilidad: ¿

Miguel +de Cervantes 2.410.000, Visibilidad: ¿

“Miguel de Cervantes” 1.710.000, Visibilidad: ¿

Miguel de Cervantes Saavedra 661.000, Visibilidad: ¿

A veces, también, una pequeña deformación en la lente sitúa en foco a Barataria como cuando en la ventana de búsqueda de Google buscamos la frase /“M. de Cervantes”/

“M. de Cervantes” 13.100, Visibilidad: 3

En este caso, se reduce el campo visual y de 13.100 páginas, Google posiciona a Barataria en tercer lugar: 3 / 11.100. Una pequeña sensación de gozo cosquillea en los ojillos de Tirteafuera.

Sin embargo, si introducimos en el cajetín de búsqueda de Google el término /quijote/, el firmamento se le cae encima: Barataria es como, para una madre, el hijo perdido en la masa de vida anónima de una gran urbe: a pesar de que lo busque página a página, frenéticamente, sólo la intuición le dice que está ahí, palpitando, ya que un mensaje como una losa le advierte:

"/Google no entrega más de 1000 resultados para ninguna consulta. (Usted solicitó resultados a partir de 900.)/"

Quijote 2,590,000, Visibilidad: ¿

Quijote en Yahoo 3.750.000, Visibilidad: 120

Menos mal que el destello de la intuición guía los pasos de la búsqueda y da esperanza a la esperanza. Tirteafuera, antes de darse por vencido, abre una ventana del buscador Yahoo e introduce el término /quijote/: de 3.750.000 páginas indexadas, en los resultados número 120 y 502 con pálida y tenue luz palpita Barataria.

Animado por los resultados, varia los resultados del telescopio y cada vez la visibilidad de la bitácora Barataria es mayor... y la velocidad del vértigo del vacío sentido en la primeras consultas en Google gradualmente va amainando. Sobre todo cuando recibe respuestas que le satisfacen: con los términos de búsqueda /Cervantes Quijote “biblioteca escolar”/ recoge 70.800 páginas y, de ellas, Barataria figura en tercera posición, por ejemplo.

Cervantes Quijote 1.500.000, Visibilidad: ¿

Cervantes Quijote “biblioteca escolar” 70.800, Visibilidad: 3

Cervantes Quijote “biblioteca escolar” barataria 89, Visibilidad: 1

Cervantes Quijote “biblioteca escolar” tirteafuera 65, Visibilidad: 2

Cervantes Quijote “biblioteca escolar” tirteafuera -site:cervantesvirtual.com 64, Visibilidad: 1

Hoy, Tirteafuera podrá dormir tranquilo: en foco tiene a Barataria. De todas las estrellas que hay en el firmamento de M. de Cervantes y don Quijote, millones, ha sido capaz de situar la leve titilación de Barataria en sus coordinadas exactas.

Cervantes Quijote “biblioteca escolar” “centros públicos” tirteafuera -site:cervantesvirtual.com 1, Visibilidad: 1

Cuando esté con sus escolares, Tirteafuera les pondrá ejercicios de búsqueda para que así los usuarios de la biblioteca escolar puedan encontrarse a sí mismos.

Dejemos tranquilo a Tirteafuera. Esta entrada en la bitácora no es más que un ensayo para observar el comportamiento de Google y de cómo GoogleBot en sucesivas indexaciones altera los resultados en la búsqueda de los términos /cervantes/, /quijote/, /”biblioteca escolar”/, /tirteafuera/, /barataria/, etc.

lunes, noviembre 14, 2005

Ficción vs. información, deleitar vs. intruir, derecho vs. deber


Dicotomías en la promoción de la lectura

Por qué El Quijote es un texto tan libresco se pregunta Tirteafuera; por qué este texto de M. de Cervantes se ceba de los libros; por qué don Quijote es el sueño de un anodino y anónimo hidalgo. ¿Por qué? La respuesta Tirteafuera quiere buscarla en el autor: ¿qué empuja a M. de Cervantes a leer? El afán de saber, la búsqueda de materiales para una parodia, el placer de perderse en otros mundos para componerse a sí mismo, la demanda del reconocimiento de los iniciados, la exploración de respuestas a preguntas acuciantes,

En este aspecto es interesante la enumeración de las distintas motivaciones para la lectura que nuestro autor recoge en el capítulo 32 de la Primera Parte:

"<...>, y que tengo ahí dos o tres dellos (libros), con otros papeles, que verdaderamente me han dado la vida, no sólo a mí, sino a otros muchos. Porque cuando es tiempo de la siega, se recogen aquí las fiestas muchos segadores, y siempre hay algunos que saben leer , el cual coge uno destos libros en las manos, y rodeámonos dél más de treinta y estámosle escuchando con tanto gusto, que nos quita mil canas. A lo menos, de mí sé decir que cuando oyo decir aquellos furibundos y terribles golpes que los caballeros pegan, que me toma gana de hacer otro tanto, y que querría estar oyéndolos noches y días.

-Y yo ni más ni menos -dijo la ventera-, porque nunca tengo buen rato en mi casa sino aquel que vos estáis escuchando leer , que estáis tan embobado, que no os acordáis de reñir por entonces.

-Así es la verdad -dijo Maritornes-, y a buena fe que yo también gusto mucho de oír aquellas cosas, que son muy lindas, y más cuando cuentan que se está la otra señora debajo de unos naranjos abrazada con su caballero, y que les está una dueña haciéndoles la guarda, muerta de envidia y con mucho sobresalto. Digo que todo esto es cosa de mieles.

-Y a vos ¿qué os parece, señora doncella? -dijo el cura, hablando con la hija del ventero. -No sé, señor, en mi ánima -respondió ella-. También yo lo escucho, y en verdad que aunque no lo entiendo, que recibo gusto en oíllo; pero no gusto yo de los golpes de que mi padre gusta, sino de las lamentaciones que los caballeros hacen cuando están ausentes de sus señoras, que en verdad que algunas veces me hacen llorar, de compasión que les tengo."

I, 32

… Si M. de Cervantes lee, esta inclinación transpira en sus personajes, en sus historias. El texto de El Quijote es el camino de vuelta de todo lo vivido y de todo lo leído.

¿Qué es don Quijote sin la lectura? Su biblioteca es su voluntad de ser; las hojas de sus libros, las alas que remontan la rutina y el anonimato. La vida de don Quijote trasciende a Alonso Quijano en la constancia que ha vivido, como M. de Cervantes en la meticulosidad de los prólogos a sus libros: que estos libros pronuncien mi nombre, guarden mi memoria, parece apuntillar M. de Cervantes. De todo ello, don Quijote es el espíritu libre que conquista para el autor la celebración de su vida en los lectores; y el texto de la novela, el territorio mausoleo en el que se guarda su memoria.

Vaya todo este preámbulo como justificación de la importancia de la lectura y del texto ya que, aunque no declarado, el tema de esta nueva entrada en la bitácora, como ya habrás intuido, avispado lector, parece que tiene que ver con la promoción de la lectura. Tirteafuera sigue en su plan trazado. A machamartillo:

Veamos, nos anima Tirteafuera, aunque sea con las cifras de la estadística cuál es la significatividad del campo semántico /libro/ y /lectura/ en El Quijote:

  • lector 9
  • lee 9
  • leedle 1
  • leelde 1
  • leella 2
  • leellas 1
  • leelle 1
  • leellos 1
  • leemos 1
  • leen 1
  • leer 66
  • leeré 1
  • leería 1
  • leerla 6
  • leerle 1
  • leerlos 1
  • novela 19
  • novelas 5
  • librería 2
  • librero 2
  • libro 96
  • libros 142

Si M. de Cervantes lee, leen también sus personajes, incluso Sancho Panza que no sabe leer. Bien puede verse la importancia de la lectura en la construcción de la historia, y de cómo escribir es primero leer, o que para ser antes es estar en actitud de búsqueda y acopio de materiales. Bien, Tirteafuera. ¿Y?

No entiendo la actitud de aquellos pedagogos que, a la hora de proponer materiales para esta búsqueda, proclama Tirteafuera, excluyen los textos clásicos, proponen sucedáneos, aconsejan textos adocenados, reducen la experiencia lectora a materiales de ficción, descartan la disciplina y el esfuerzo en la lectura y no aportan más experiencia que la que les presta el mismo entorno real o virtual que les rodea. Proclama Tirteafuera. Rotundo.

Quizá, todo ello sea porque no tenemos bien claro qué prioridades considerar a la hora de definir los objetivos que nuestros escolares han de conseguir. Si partimos del texto de El Quijote, M. de Cervantes nos ofrece un modelo que nos puede ser útil, apunta Tirteafuera, ya que a través del contacto con los libros contagia al lector por medio del deseo de la imitación la seducción de la lectura. Aunque M. de Cervantes, para ser un modelo, se ha situado en un extremo del eje de oposición, es posible, si trabajamos con una serie de dicotomías, entender la promoción de la lectura de otra manera. Veamos, nos anima Tirteafuera.

Aquí tenemos algunas disyuntivas:

lectores de textos clásicos o lectores.

Propuesta o coacción

Derecho o deber

Fomento o imposición

Literatura o currículo

Lectura libre u obligatoria

Educar en la lectura o educar por medio de la lectura

Textos literarios o superventas

Deleitar o instruir

Ocio o negocio

Ficción o información

Formar o informar

Enseñar a leer o suscitar la afición por la lectura

Hábito lector o eficacia lectora

Protestaréis, inteligentísimos lectores, por la simplificación que nos propone Tirteafuera: la compleja realidad reducida a la lucha de contrarios. ¡Que le vamos a hacer! Superemos esta visión a través de la búsqueda de la interacción de estos términos.

En opinión de Tirteafuera, cuando hablamos de promoción de la lectura, estamos enfatizando una función determinada de la lectura: el perfil del lector corresponde a un lector que ejerce voluntariamente, como propuesta de ocio, el derecho de elegir un texto de ficción, ajeno al currículum, no necesariamente literario. En este caso, la función del bibliotecario es proponer, fomentar, educar por medio de la lectura, deleitar, suscitar la afición por leer, facilitar la adquisición del hábito lector a través de la suma de experiencias positivas.

Y no podía ser de otra forma, afirma categórico Tirteafuera. Sin embargo, a la hora de promocionar la lectura, tenemos que considerar otros modelos tanto más necesarios cuanto las habilidades lectoras de los usuarios de la Biblioteca Escolar estén menos desarrolladas.

Veamos, se arremanga Tirteafuera. Nuestros escolares han de adquirir habilidades y estrategias lectoras que hagan eficaces su esfuerzo, tienen que saber leer; es una obligación de la institución escolar. Deben leer textos clásicos, textos literarios, textos informativos; es el compromiso adquirido en el desarrollo de los currículos.

Por todo ello, podemos dedicarnos sólo a fomentar la lectura si esto es suficiente; si no lo es, la institución escolar ha de asumir la obligatoriedad de que los escolares se ejerciten en la lectura; la institución escolar debe cualificar personas que gradualmente ganan en autonomía en el comprensión de sí mismas, en su relación con los demás y en el conocimiento del espacio y tiempo en el que viven. Para ello, es imprescindible asegurar una competencia lectora adecuada al grado de desarrollo personal. En otras palabras, debe enseñar a leer significativamente. Y esto es así como que en otras asignaturas tienen que aprender el teorema de Fibonacci.

Muchas de las referencias a la lectura en El Quijote tienen que ver con la lectura ocio, pasatiempo, placer, evasión, enajenación:

"<...> Es, pues, de saber que este sobredicho hidalgo, los ratos que estaba ocioso -que eran los más del año-, se daba a leer libros de caballerías, con tanta afición y gusto, que olvidó casi de todo punto el ejercicio de la caza y aun la administración de su hacienda; y llegó a tanto su curiosidad y desatino en esto, que vendió muchas hanegas de tierra de sembradura para comprar libros de caballerías en que leer, y, así, llevó a su casa todos cuantos pudo haber dellos;

y así, del poco dormir y del mucho leer , se le secó el celebro de manera que vino a perder el juicio."

I, 1

Y no podían ser menos, tal como el propio M. de Cervantes lo precisa en el texto:”<…> pues no es posible que esté continuo el arco armado, ni la condición y flaqueza humana se pueda sustentar sin alguna lícita recreación.”, I, 48. Sin embargo, aun siendo muy importante, no podemos descuidar otras funcionalidades de la lectura en nuestros escolares.

Para cerrar esta entrada en la bitácora, Tirteafuera señala el destino de sus laboriosas disquisiciones: es hora de superar prejuicios que impiden que los escolares mejoren su eficacia lectora; es hora de normalizar la lectura de los clásicos, incluido El Quijote, por supuesto; es hora de crear plataformas que revaloricen la lectura en todas las disciplinas (la hora en silencio, en la que todos los miembros de la comunidad escolar se dedican a leer textos para ellos significativos); es hora de que los profesores se presenten como lectores avanzados o como usuarios solventes en el manejo de la información; es hora ya de asumir que la lectura se ejercita como el músculo del atleta; es hora de que la institución escolar posea un modelo propio que capacite al ciudadano en la competencia y autonomía lectoras. En todo tipo de textos.

Vale.

domingo, noviembre 06, 2005

La Biblioteca Escolar, donde habita don Quijote.


Día 10 de noviembre, día de la Biblioteca Escolar.

Tirteafuera está un poco aburrido de las celebraciones:

2005, Año de El Quijote ( a muchos de los potenciales usuarios de la biblioteca escolar este año, IV Centenario de la publicación de la Primera Parte, se les está escapando) ¡Horror! Esperar otros cien años...

24 de Octubre, día de la Biblioteca,

10 de noviembre, día de la Biblioteca Escolar,

... y así, hasta rayar.

Podemos encontrar casos en los que no celebren un día, sino una semana de la Biblioteca Escolar. En Hispanoamérica, en Perú, por ejemplo. Y Tirteafuera se pone más melancólico de lo que habitualmente suele estar: si celebrando un día es que las cosas no van bien; si es una semana, ... ; si es un año, ...

A Tirteafuera los acontecimientos le envuelven y le confunden. La casualidad ha hecho que echara una ojeada al Anteproyecto de Ley Orgánica de Educación, LOE, de 25 de marzo de 2005, y ha caído en la cuenta que él, y seis generaciones de sufridos profesores bibliotecarios tendrán que seguir celebrando el día de la biblioteca, el día de la Biblioteca Escolar y el de todas las carencias que las leyes orgánicas provoquen con tanta palabrería sin asignación presupuestaria adecuada.

Tirteafuera nos invita a leer el Anteproyecto; encontraremos declaraciones solemnes como las que siguen:

"Capítulo II.- Centros públicos

Artículo 108. Bibliotecas escolares.

1. Los centros públicos dispondrán de una biblioteca escolar, cuya dotación de recursos se hará de manera progresiva por las Administraciones educativas correspondientes.

2. Las bibliotecas escolares contribuirán a que el alumno acceda a la información y otros recursos para el aprendizaje y pueda formarse en el uso crítico de los mismos.

3. La organización de las bibliotecas escolares deberá permitir que funcionen como un espacio abierto a la comunidad educativa de los centros respectivos.

4. Los centros podrán suscribir convenios con los municipios respectivos, para el uso de bibliotecas municipales con las finalidades previstas en este artículo."

Y nos daremos cuenta de lo lejano que está el curso en el que no haya que celebrar el día de la Biblioteca Escolar porque no hay que reivindicar nada, porque la Biblioteca Escolar es una realidad cotidiana, normal.

En total, seis veces aparece la palabra biblioteca en el texto del Anteproyecto de la LOE; cuatro de ellas tienen que ver con la Biblioteca Escolar. Y todos los casos referidas a las Bibliotecas Escolares de los centros públicos.

Así las cosas, el presente es una realidad amarga. Incluso cuando con mucho voluntarismo hemos sido capaces desde el curso 98-99 transformar espacios en el centro educativo, y de un aula pequeña, cerrada con llave, los libros sin catalogar y asilados en estanterías con puertas correderas de cristal hemos alumbrado un espacio de 400 m2, 12.000 documentos catalogados, 24 puestos de consulta a internet, un taller de información, etc. Incluso cuando hemos ayudado a crear un puesto de trabajo de dedicación completa a la Biblioteca Escolar.

Para algunos ya hemos llegado al final: ya tenemos un espacio al que dignamente podemos llamar Mediateca; para Tirteafuera, y para sus compañeros que han asumido en otras tres mediatecas la responsabilidad de desarrollar un proyecto, no estamos sino en la línea de salida: tenemos los recursos físicos, nos falta la aplicación sistemática de principios pedagógicos y de metodologías que den sentido a los documentos catalogados y a la red de ordenadores. Y todo esto supone reconocimiento de tiempo para la alfabetización digital de los profesores y tiempo para la capacitación didáctica en el uso de nuevas tecnologías aplicadas a enseñar y a aprender. Ya tenemos el acceso a la consulta de documentos analógicos y digitales. Sin embargo, quedan muchas respuestas por dar: ¿estos documentos son adecuados a las labores que los usuarios deberían realizar en la biblioteca? ¿están actualizados? Tirteafuera se esfuerza en inquietar entre los usuarios que lo importante es definir las respuestas de para qué y cómo trabajar en la mediateca.

Quizá, estemos un paso más cerca de la línea de salida que otros centros que no poseen un biblioteca escolar que merezca tal nombre, pero todavía convertir la realidad amarga actual en una realidad que impulse la capacidad creativa del usuario, que colme la curiosidad por saber, que incite a disfrutar intelectualmente, que ayude a madurar, que facilite el trabajo con los demás se nos antoja lejos sobre todo cuando ni siquiera las reformas educativas se plantean dotar a los centros de una herramienta tan potente para transformar la capacidad de enseñar y deseo de aprender.

Mientras tanto, a pesar de las celebraciones de carencias, seguimos trabajando. Como podéis observar en la foto que abre esta entrada, en uno de los pocos momentos que quedan libres, nuestras compañeras consensuan la aplicación de la CDU a las necesidades específicas de la Biblioteca Escolar. Entre otras, esta es una labor callada de Leire, Rocío y Virginia que no todos han sabido valorar. Detrás, la biblioteca escolar como un escenario apagado.